Antoni Tur Escandell, Mossen Toni o Mossenya, fue enterrado ayer en Sant Francesc Xavier con toda la solemnidad, religiosidad y presencia popular que una figura como la suya merecía. Por una vez ayer se alteraron los protocolos establecidos en estas ocasiones ya que el coche fúnebre, al que seguían familiares, deudos y allegados, partió de la casa familiar hasta la iglesia de Sant Francesc, de donde Mossenya fuera párroco durante casi cincuenta años, pasando por la calle peatonal. Ello se debía a dos motivos, en primer lugar que todos los comercios estaban cerrados, y en segundo término porque así no se entorpecía la circulación del centro urbano de Sant Francesc Tras el responso oficiado en la puerta de la iglesia, como es tradicional, y al que asistieron numerosas personas de toda edad, la comitiva se trasladó al cementerio de Sant Francesc donde aguardaban multitud de personas para rendir el último homenaje al que fuera capellán y párroco de la capital de la isla durante casi medio siglo.