La teleasistencia consiste en una asistencia a domicilio a través del teléfono que da una respuesta rápida ante cualquier incidencia o situación de emergencia. Foto: GUILLERMO ROMANI

Hasta el momento hay un total de 71 beneficiarios de este sistema de alarma para personas solas, con discapacidades o problemas de aislamiento en su entorno geográfico, y hay alrededor de una cincuentena de peticiones que deben seguir su tramitación apara decidir si verdaderamente reúnen las condiciones para beneficiarse de este sistema de gran importancia en casos de emergencias. El concejal de Serveis Socials de Formentera, Joan Escandell, explica que «Formentera es el municipio de las Pitiüses en el que hay no sólo mayor porcentaje de personas beneficiarias del sistema de teleasistencia, sino que además es, por número, el municipio en el que hay más usuarios». Escandell reconocía que ello se debe en gran parte al fenómeno de población diseminada existente en Formentera y al hecho de que justamente esas viviendas diseminadas, antiguas casas payesas, son dónde más gente vive susceptible de ser atendida a través de la teleasistencia.

La teleasistencia consiste en una asistencia a domicilio a través del teléfono que da una respuesta rápida ante cualquier incidencia o situación de emergencia. Básicamente está pensado para personas que viven solas, especialmente en lugares aislados, o que tiene una movilidad limitada. Mediante un pulsador que los usuarios llevan colgado del cuello se puede contactar inmediatamente con el teléfono para que a través de familiares, amigos, personal médico o servicios de emergencias den respuesta al problema que pueda haber surgido.

Escandell indicó que en muchos casos no se trata sólo de la instalación de la línea telefónica especial con terminal en Palma, sino que además, en aquellas viviendas en las que nao hay electricidad, «se completa el equipo con la instalación de una placa solar y una batería que garantice el funcionamiento del aparato en todo momento». La empresa responsable del servicio se encarga de la instalación de todos los elementos necesarios así como de su mantenimiento, un mantenimiento que supone un desembolso aproximado de 360 anuales y que en teoría debería cobrarse a los usuarios «pero el Consell y el propio Consistorio , no tienen previsto por el momento cobrar estos gastos y en el futuro estaríamos dispuestos a asumirlos».