La mitad de las peticiones de ingreso para la residencia asistida son para la unidad de psicogeriatría, un recurso que se puso en marcha en 2002.

La residencia asistida de Cas Serres ha tenido que modificar todo el funcionamiento para conseguir rentabilizar las camas ya que pasarán dos o tres años, como mínimo, hasta que estén en marcha las nuevas infraestructuras sociosanitarias.

La directora de la residencia asistida, María José Marí, afirmó ayer que el número de personas ingresadas va en aumento, ya que en 2003 ingresaron 61 personas, frente a las 53 de 2001 y 57 en 2002: «A pesar de que sólo tenemos esta residencia asistida y la mismas camas se continua aumentando el número de ingresos». El incremento progresivo de ingresos se debe a las valoraciones «más aproximadas de la situación de los usuarios, de forma que se ha tenido en cuenta los pacientes que podrían ser considerados convalecientes», añadió Marí. El número de personas convalecientes que han regresado a su hogar han sido 18. Según la memoria de 2003 de la residencia asistida de Cas Serres, la mayoría de pacientes ingresados proceden del hospital Can Misses. El año 2002 ingresaron 16 y casi el doble en 2003. «Se trata de personas que no pueden volver a su domicilio pero tampoco están en situación de mantenerse en el hospital pueden venir a Cas Serres para recuperar sus capacidades y poder volver a su domicilio. Nos da la posibilidad de que estas camas tengan más usos», explicó Marí.

La directora destacó también la consolidación de la unidad de psicogeriatría, «que está programada y organizada». La unidad, dirigida a personas mayores con demencias avanzadas y problemas sociales, es la que tiene más demanda. También se cuenta con el centro de atención a los trastornos de memoria, con 20 plazas, que tiene 10 personas en lista de espera.

Ante la situación de demanda del centro, estructurado en psicogeriatría, hospitalización, convalecencia y residencial, el conseller de Bienestar Social, Vicent Serra, hizo un llamamiento a los ayuntamientos para que ofrezcan «un buen servicio de atención domiciliaria» y evitar congestionar la residencia.