Un vecino de Sant Antoni ha sido condenado a demoler cinco casetas
que construyó sin autorización alguna en la zona conocida como Roca
Baixa, acción que motivó su procesamiento por un delito contra la
ordenación del territorio. El acusado, al que se le han impuesto
seis meses de prisión y la inhabilitación de un año para promover o
construir obras, tendrá también que pagar una multa de 2.160 euros.
A dicha persona,además, le constan otras tres sentencias
condenatorias firmes por delitos contra el patrimonio.
La decisión judicial se adoptó ayer tras llegarse a una
sentencia de conformidad después de que el acusado se reconociera
ante el juzgado de lo Penal número 2 Eivissa responsable de estas
construcciones ilegales. Todas las casetas comenzaron a ser
construidas hace ahora casi tres años en una zona de dominio
público marítimo-terrestre.
Cuando el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de
la Guardia Civil emitió su informe, al menos una de estas casetas
estaba completamente construida. Ésta, excavada y hormigonada en la
roca y de unos 70 metros cuadrados, era ya habitable y contaba con
una cocina americana, salón y dos habitaciones. asimismo poseía
instalación eléctrica y había sido habilitada con una rampa de
hormigón a modo de entrada con guías de hierro. El inmueble,
asimismo, estaba protegido por una puerta de hierro y una ventana
lateral.
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