El precio de la vivienda de las Pitiüses sigue manteniéndose por las nubes.

El precio de la vivienda de las Pitiüses sigue manteniéndose por las nubes.

B. Roselló20/09/04 0:00
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La venta de viviendas en las Pitiüses se encuentra en un periodo de «estancamiento» desde hace algún tiempo, según las inmobiliarias consultadas por este periódico. La razón la achacan a los precios abusivos que muchos interesados piden por sus propiedades. De esta forma, y según las opiniones de las distintas inmobiliarias consultadas, los precios siguen estando «por las nubes, todo es carísimo», asegura una de las responsables dedicadas a la venta de viviendas en Santa Eulària. Asimismo, la mayoría de opiniones coinciden en que los precios ofertados «deberían bajar, porque la gente que viene de fuera queda muy sorprendida por la relación que existe entre la calidad, que es pésima, y el precio, carísimo».

Por otra parte, los sectores dedicados a la venta de hogares indican que «actualmente hay muchas más viviendas para vender». A diferencia de hace algún tiempo, cuando todas las ofertas desaparecían en cuestión de un mes, ahora son necesarios cuatro o cinco meses para finalmente encontrar un comprador. Asimismo, señalan que la tendencia que siguen los interesados en vender sus propiedades es la negativa a consultar a un perito para tasar la vivienda y señalar un precio coherente, con lo que la mayoría se rigen por la recomendación de algún amigo o vecino ha vendido su casa: «El mercado está loco, cada uno pone el precio que quiere», con estas palabras definía uno de los comerciales la situación que vive el negocio de la venta de viviendas.

Otra de las razones que alegan a esta paralización del sector es la «mala situación económica en la que se encuentra Eivissa, así que alguien deberá bajar del burro». Además, muchos de los consultados aseguran que los interesados en «vender sus propiedades, no bajan de los 40 millones». Por otra parte, las inmobiliarias consideran estar inmiscuidas en un sector muy voluble, donde encontrar propiedades razonables es muy difícil, «pero locuras nunca faltan».