Empezar de abajo y subir como la espuma es lo que Javier Anadón ha sabido hacer desde que en 1994 inauguró el Café Mambo de Sant Antoni. Una carrera empresarial que Anadón achaca a su buena suerte y que le embarcó por un tobogán imparable llevándole a inaugurar cerca de una decena locales entre bares, restaurantes y pubs por diferentes lugares de Eivissa, Sant Antoni y calas de la isla. Esta noche celebra el décimo aniversario del Mambo. Para él, el más importante de sus negocios.
-¿Cuál es la fórmula para que un bar funcione?
-Un bar funciona cuando cada cosa está en su sitio. Desde la música que tiene que ser suave, hasta que llames al camarero y cuando lo hagas venga. La iluminación también es importante, y si además le agregas un detalle como este año que he traído a un mago y a un saxofonista mejor, porque no cuesta nada y la gente se va encantada.
-¿Cuáles son los ingredientes principales que a su parecer tiene que tener la noche ibicenca para ser ideal?
-Hay que tener en cuenta la buena música, que no esté muy alta para que la gente pueda hablar y entre el personal y el dj's saber poner a tope a la gente para que se lo pase bien. Porque un bar es un bar y una discoteca es una discoteca, y la gente viene aquí para hablar con los amigos, para conocer a otra gente, para ligar, relajarse y ver la puesta de sol. Porque este es un sitio de puesta de sol y de música suave. Yo siempre digo que la buena música decora un local.
-¿Cómo comenzó su aventura empresarial con Mambo, para usted el más importante de sus negocios?
-Soy navarro y de Pamplona, y llegué a la isla en el año 1977 para comenzar a trabajar como vendedor y camarero. Después compré este bar por recomendación de una amiga y lo inauguré en 1994. Un año después me explotó en las manos porque no me esperaba contar con los mejores dj's y con tanta gente guapa que venía y viene por aquí.
-Si tuviera que elegir tres momentos favoritos de los diez años de este café. ¿Cuáles serían?
-Cuando vino Radio10 al bar. Cuando éramos el pre party del festival MTV y el Mambo Café salía durante 40 minutos por las televisiones del mundo entero, y cuando cerrábamos Mambo todos juntos para irnos a Pachá a continuar divirtiéndonos.
-¿Qué tipo de público viene a su bar?
-Aquí hay mucho inglés, pero inglés bueno, del que nunca da problemas. También hay alemanes y españoles.
-Usted se declara siempre como un enamorado de Sant Antoni. ¿Ha presenciado cambios especiales desde su llegada a esta ciudad?
-Sant Antoni está cambiando, y sobre todo en los últimos dos años gracias a algunos empresarios que están haciendo cosas. Todos tenemos que intentar cambiarlo porque cuando vine por primera vez Sant Antoni era lo mejor del mundo mundial y entre todos lo hemos destrozado un poco por eso entre todos debemos arreglarlo. El español es muy de decir «que lo arregle el vecino» pero esta vez tenemos que arrimar el hombro todos. L.Aversa