El Consistorio confía en poder iniciar las obras «a finales de
octubre o principios de noviembre», aseguró a este periódico el
concejal de Hacienda, Obras e Infraestructuras municipales, Juan
Riera, ya que -explicó- «antes del 15 de diciembre el Ayuntamiento
tiene que certificar parte de los trabajos al Govern». La
administración balear es la que paga, a través del plan de
modernización del comercio, 600.000 euros de los 898.000 que
costará en total reformar el Carrer Ample, el resto lo pone el
Ayuntamiento de Sant Antoni.
El proyecto global de rehabilitación del casco antiguo costará
14.898.000 euros y la previsión es que se realice en tres años. La
idea es aprovechar la temporada baja, entre octubre y mayo para
llevar a cabo los trabajos y realizarlos por sectores para evitar
en lo posible molestias a los ciudadanos. Este primer año se
dedicará al Carrer Ample y las restantes calles se ejecutarán en
años sucesivos. Para poder hacerlo el Consistorio está pendiente de
firmar otro convenio con el Govern, dentro del plan de
modernización de calles, que supondría que la institución balear
aportara el 75 por ciento de lo que cuesta la remodelación. En caso
contrario, el Ayuntamiento buscaría financiación externa y
ejecutaría las obras a través de la empresa pública municipal.
Además del Carrer Ample, el proyecto de reforma comprende las
calles Sant Antoni, Colón, Bartolomé Vicent Ramon, Bisbe Torres
(sólo un tramo), Antoni Riquer, La Mar, de Rossell, Bisbe Cardona,
Progrés, Cervantes (un tramo), Sant Mateu, Soletat (un tramo) y
Santa Agnès.
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