La abogada Cristina Almeida compartió mesa y mantel ayer con todos los hombres del Rotary Club (la única mujer era la secretaria del club) para exponer sus ideas sobre el derecho de la mujer «a dejar de seguir siendo invisible para la sociedad». La famosa abogada compartió con los miembros del club su historia personal, como ejemplo de lucha por «la justicia democrática del papel de la mujer».

Almeida tiene la sensación de estar ganando, sobre todo en el aspecto legislativo, aunque asegura que aún queda mucho camino para eliminar viejos prejuicios. «Hemos conseguido bastante igualdad jurídica, pero ahora queda lograr la igualdad real». Sobre las leyes discriminatorias, la abogada («con a») recordó que la mujer aún no tiene derecho a la Sucesión de la Corona española. «No es un problema que inquiete a muchas españolas que aspiramos a ser Reyna. Pero para dos que le tocaban, podrían haberlo hecho», dijo con la gracia que la caracteriza.

Distingue claramente el feminismo del machismo. «No tiene nada que ver. El feminismo es la teoría de la liberación, mientras que el machismo es la teoría de la opresión», dijo. Puestos a opinar, Almeida no dio ninguna importancia a la polémica del reportaje fotográfico de las ministras del Gobierno en la revista Vogue. «No tiene mayor trascendencia. Lo de la piel puede ser de mal gusto, pero luego las demás mujeres también llevan pieles de animales», indicó.

Sobre Eivissa y la política de carreteras del gobierno del Consell, la abogada plantea si es conveniente «destrozar lo que queda de la isla» por la saturación del tráfico que se produce dos meses al año. «Este año sólo un mes», puntualiza. Reconoce, eso sí, los graves problemas del tráfico en la isla y pone como ejemplo el turismo de calidad de Menorca: «Hay que empezar a ver qué papel queremos que tenga Eivissa: un turismo volcado en dos meses o crear una amplia variedad de sectores vinculados al invierno con otras actividades, que creo que sería más rentable».