Las deficiencias se detectaron por los servicios técnicos del Consell a raíz de un mal funcionamiento de los aparatos de aire acondicionado. Cuando se pusieron a arreglarlos se percataron de que no era un problema de los aparatos, sino que no había suficiente potencia contratada. Sin embargo, no era posible hacer un incremento de potencia porque no se están dados de alta.

Poco después de cumplir su primer aniversario, en mayo de 2003, el Consell tendrá que desembolsar 12.000 euros para poner las instalaciones en condiciones y, además, se va a tener que hacer un gasto extraordinario para adecuar los aparatos de aire acondicionado y poner un transformador. Un arreglo que supondrá otros 3.000 euros más.

Ayer mismo se colocó un cartel en la puerta del local anunciando unas medidas correctoras de esta instalación para pedir una licencia municipal. «Este centro no tenía licencia municipal, ni las medidas contraincendios, ni contempla ni respeta la ley de prevención de riesgos laborales», explicó el conseller de Bienestar Social, Vicent Serra. Así, no se ha podido utilizar sus instalaciones como taller de pintura, ya que no tiene aireación suficiente, ni tampoco el taller de cocina. En el contrato firmado en la anterior legislatura por el Pacte con la compañía de seguros, arrendador del local, reflejaba que corría a cuenta del Consell hacer las obras de reparación y fontanería, «pagar la luz a la compañía durante un año y el agua nos la ha pagado», explicó Serra sobre este acuerdo. Ahora se encuentran los servicios jurídicos «para ver cómo se puede hacer la separación». El Consell está preparando el proyecto para hacer un arreglo integral del mismo ya que se inauguró «sin tener constancia los servicios técnicos del Consell que se estaba haciendo un equipamiento».