Dunasal Park, una de las dos empresas que tienen la intención de abrir aparcamientos de pago en ses Salines, denunció ayer el caos circulatorio que se produce habitualmente entre la rotonda y el acceso a la playa. La administradora de esta entidad, Verónica Riera, reclamó a las instituciones una solución efectiva para que se regule la entrada de vehículos a ses Salines. Riera explicó que en los terrenos de Dunasal Park no se puede permitir la entrada a más de 400 vehículos, el número de plazas que le ha concedido la Conselleria balear de Medi Ambient. «Se está acondicionando la zona para poder abrir el parking», señaló. Asimismo, explicó que en el camino de servidumbre de paso de unos 6 metros que se estableció, a pesar de que está prohibido aparcar, los coches estacionan.

Por otra parte, Verónica Riera afirmó rotunda «que si no se nos van a dar los permisos cerramos el aparcamiento pero ya no podemos esperar más». «Hace tres años que Dunasal Park está esperando las licencias pertinentes para poner en marcha el parking», recordó.

Ibifor, dependiente de Salinera Española, es la otra empresa que quiere abrir un aparcamiento de pago en ses Salines. En este caso el terreno, situado también en la explanada de 6.500 metros cuadrados frente a la escuela unitaria, tiene una capacidad aproximada para 300 vehículos.