Francesc Antich fue reelegido ayer secretario general del PSIB con
el 61,5 por ciento de los votos (112 a favor, 72 abstenciones y 1
nulo, en un congreso que recuperó la tradición socialista al estar
marcado por la profunda división interna. El reelecto secretario no
aceptó la propuesta de los críticos, que pedían una presencia
masiva en la ejecutiva, además del veto a ciertas personas, y
negoció con su corriente una ejecutiva sin cuotas, pero que pudiera
satisfacer a todas las corrientes. De hecho, la votación para
elegir secretario general se retrasó hasta las 10 de la noche,
cuando estaba prevista para media tarde.
El debate del informe de gestión presentado por la ejecutiva
saliente fue muy intenso y la primera votación ya marcó el signo
con el que los socialistas afrontaban el congreso: la ejecutiva
logró el respaldo del 55,9 por ciento de los delegados, un total de
113 votos, y obtuvo el voto en contra del 39,6 por ciento de los
compromisarios (80 votos). Nueve delegados, el 4,45 por ciento,
decidió abstenerse.
En la presentación del informe de gestión, el secretario general
de los socialistas admitió que se habían cometido algunos errores
durante este mandato, como la falta de atención que se prestó al
partido tras la entrada de muchos de los cuadros socialistas en el
Govern del Pacte de Progrés.
En el lado positivo, Francesc Antich destacó que nunca antes el
partido había tenido unas relaciones tan buenas con la dirección
nacional de los socialistas. También recalcó el importante trabajo
realizado al frente del Govern, que en ocasiones ha sido
minusvalorado por los propios socialistas en un ejercicio de
excesiva autocrítica.
Por lo que respecta a las réplicas al secretario general, siete
delegaciones presentaron un informe crítico, entre ellas las tres
de Palma, además de las de Calvià, Llucmajor, Andratx y una de
Menorca, a título individual. El ex conseller de Presidència,
Antoni Garcías, llegó a reprochar al secretario general que hace
casi un año que prácticamente no se dirigen la palabra, excepto
para saludarse.
Tras la votación del informe de gestión, los delegados se
reunieron en las distintas comisiones para abordar el debate de las
ponencias política y de estatutos, mientras el secretario general
comenzó los contactos para garantizarse el máximo apoyo a sí mismo
y a la ejecutiva que hoy saldrá elegida del congreso.
Muy poco ha trascendido de los nombres que acompañarán a Antich
en la nueva dirección socialista. Se da por hecho que el actual
secretario de Organización, Damià Cànoves, no repetirá en el cargo,
al liderar la corriente crítica contra Francina Armengol, y también
parecía fija la salida de Margarita Nájera. La presidenta del
Consell de Menorca, Joana Barceló es uno de los nombres fijos de la
dirección socialista, mientras que por parte de Eivissa surgen más
problemas ante la profunda división de los socialistas
ibicencos.
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