La cabaña de ovejas de las Pitiüses se ha reducido un 10 por ciento en los últimos tres años, según los datos de la campaña de vacunación llevada a cabo en abril de este año para evitar un brote de la epidemia de lengua azul. Otro dato significativo extraído del informe de los veterinarios es que el número de fincas con ganado ovino ha disminuido en un 20 por ciento en el mismo periodo de tiempo. La campaña se inició en Eivissa el 5 de abril a cargo de siete veterinarios, que, en un plazo de dos semanas, vacunaron a un total de 14.028 ovejas de 744 explotaciones. Los técnicos registraron en concreto 8.207 hembras, 647 sementales y 5.174 corderos. Luego, el 21 de abril, tres veterinarios llevaron a cabo la vacunación de los animales en Formentera, donde se registró un total de 1.249 cabezas en 109 fincas (924 hembras, 100 sementales y 225 corderos).

Actualmente la explotación del ganado ovino en las Pitiüses no es rentable, salvo en contadas explotaciones que cuentan con una manada suficientemente importante. Por regla general, la mayoría de las fincas de la isla no tienen más de 20 ovejas, según los datos que maneja el Consell. Las explotaciones mayores de la isla disponen como mucho de 80-100 cabezas de ganado. Casi todos los ganaderos sólo aprovechan la carne de las ovejas, puesto que para producir leche se precisa de una inversión considerable que únicamente pueden amortizar las explotaciones más grandes.

Para parar la tendencia a la baja de la cabaña ovina, la administración ofrece distintos programas de ayuda para financiar, por una parte, la compra de ovejas y, por otra, el cultivo de cereales y la elaboración de piensos concentrados. Una de las ayudas más solicitadas, procedente de la Política Agraria Comunitaria, dentro del programa de compensación por la pérdida de renta, es la que prima con 28 euros cada oveja o cabra. El año pasado se dieron 350 ayudas de este tipo.