Entusiasta y activo productor e intérprete de teatro, Bernat Joan i Marí (Eivissa, 1960) asume a partir de hoy el papel estelar de su vida: defender el derecho de la autodeterminación de los pueblos o naciones sin Estado en Bruselas, en el centro de mando de Europa. Su obsesión por la autodeterminación de los Països Catalans se remonta como mínimo a su época de universitario, en Barcelona, donde fundó con un grupo de soñadores una asamblea de estudiantes independentistas. Entonces, cada noche se acostaba pensando ingenuamente que al día siguiente su país amanecería libre de toda atadura españolista.

Siempre ha estado metido en política, aunque nunca ha ocupado un cargo público. Su mayor virtud quizá es la capacidad para sacar tiempo de debajo de las piedras para ejercer de filólogo, educador, escritor, actor de teatro y político. Se dedica a todo esto, y mucho. Tiene una producción literaria de dimensión casi industrial. Escribe de todo y a una velocidad de vértigo. Se insinúa incluso que sin un 'negro' difícilmente un mortal puede abarcar tanto. Si viviera en un país normal, según dice, dejaría de lado la oratoria política y se dedicaría sólo a sus libros. Lector empedernido, parece una réplica genética de su jefe de partido y amigo personal Carod-Rovira. Son dos intelectuales de contrastada solvencia, reconvertidos por imperativo lega a esto de la política. El jefe maneja bien a las masas. Bernat Joan, en cambio, falla mucho en la distancia corta. Su discurso es de manual y, a diferencia de los políticos al uso, llama a las cosas por su nombre, guste o no. Vamos, que no engañará a nadie para lograr de forma ruin un puñado de votos. Sabe a quién se dirige, y los que le votan saben de sobra lo que quieren, o, más bien, lo que no quieren. Como en toda campaña electoral, Bernat Joan, eso sí, ha tenido que forzar su sonrisa y hacer de todo. Desde firmar banderolas de chavales ávidos por tener una estampa de cualquiera que sale en la tele, hasta tragarse gusanos sin poner mala cara, con el mismo temple con el que se enfrentó en la Primera con Borrell y Mayor Oreja. ¿Estuvo nervioso? «Procuro sacar los nervios de una manera que sea productiva», responde. Lo dicho, que lo suyo es producir.

Eugenio Rodríguez