Acompañando el carro que portaba la bandera del Sin Pecado estaba el coro que animaba el trayecto hasta Cap Negret.
A las 6.00 horas de la tarde de ayer en Sant Antoni, los más
devotos empezaron a salir de la iglesia. Fue entonces cuando las
campanas empezaron a repicar y los tambores a sonar. Se daba
comienzo así a la romería, un evento en el que el acento andaluz y
las costumbres de esta tierra se veían por doquier.
Pero no sólo hubo representación andaluza, sino que los valencianos
y pagesos fueron invitados a la romería. Tres culturas distintas se
unieron para celebrar la devoción a la Virgen del Rocío.
Muchos de los andaluces que residen en Sant Antoni lo llevan
haciendo durante mucho tiempo y se sienten muy cercanos a la tierra
que les acogió y les dio de comer, pero eso no es un obstáculo para
que sus sentimientos sigan anclados en su tierra natal.
Este es el caso de Verónica Infante, una ibicenca-andaluza que
lleva en la isla 19 años y dice: «Yo soy rociera y mi hija también
aunque no haya nacido allí». Para ella, ser rociera no es otra cosa
que «tenerle devoción a la virgen del Rocío, la más grande, a la
que más rezo y en la que más confío». Haciendo gala del carácter
risueño de los andaluces, Verónica sigue hablando y cuenta: «Estoy
muy contenta que aquí haya una hermandad rociera porque aunque no
lo haya mamado allí lo estoy mamando aquí. Hasta mi perro es
rociero. Tiene manchas como los trajes de gitana».
La Hermandad Rociera de Sant Antoni está compuesta por unos 360
miembros y ya lleva 17 años realizando el Rocío. El hermano mayor,
Diego Infante, comentó que estaba muy ilusionado «porque hay mucha
gente con devoción y que participa». Otro hermano que lleva más de
40 años en Sant Antoni, confiesa que «aunque esto es una miniatura
al lado de aquéllo, se vive contento porque se siente, se lleva en
el corazón».
Una de las innovaciones que se pudieron ver es que el recorrido no
fue el mismo que el del año pasado la romería hizo su última parada
en Cap Negret en lugar de en Port des Torrent. Este cambio de
itinerario no sentó a todos los miembros de la Hermandad de igual
modo. A alguno de ellos no le gustó que el ayuntamiento cambiase la
ruta. Otros, sin embargo, opinaban que eso era una cuestión
política y ese día no tocaba más que preocuparse por la devoción a
la Virgen.
Después de pasar toda la noche cantándole a la Virgen la Hermandad
de Sant Antoni acogerá hoy a una veintena de nuevos compañeros.
C.V.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.