El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fapa), Toni Pomar, mostró ayer, por una parte, su satisfacción por el hecho de que el 93 por ciento de los niños de tres años de Eivissa hayan logrado plaza en el centro que habían elegido sus padres, pero matizó que «es fácil» escolarizar al 100 por ciento de los niños si se reparten a 25 niños por aula, un número «excesivo».

«25 alumnos son muchos para un grupo de tres años. Lo ideal sería 15 alumnos por aula, porque un profesor con tantos niños no los puede atender bien», explicó Pomar. Ya que por el momento es imposible mejorar las infraestructuras, es decir, construir más colegios, «sí sería recomendable hacer un refuerzo de personal». La idea que lanza Pomar es que los grupos que cuenten con las ratios más altas «puedan contar con un segundo profesor para poder atender bien a toda la clase». Si se da la circunstancia, además, de que algún alumno precisa cuidados especiales, «la situación para el maestro se complica». El problema principal de que las ratios sean tan altas es que el maestro no puede repartir su atención de manera equilibrada entre todos los niños, de ahí la necesidad de otro docente.

La Conselleria d'Educación aseguró a los padres que tendría en cuenta la sugerencia de contratar más docentes. «Si no han adjudicado más personal en el momento del reparto de plazas, ahora Educació debería echar mano de los interinos y contratar a más profesorado», dijo Pomar. Este tema podría suponer al Govern un importante esfuerzo inversor. La Fapa reconoce que Educació no cuenta con suficiente presupuesto pero cree que se podría destinar una partida de la comunidad autónoma a esta causa.

A corto o medio plazo el objetivo debe ser «aumentar el número de aulas». Este año se va a abrir S'Olivera «pero en Eivissa ciudad hacen falta dos colegios más o tres». El problema de la falta de centros «es general, deberían estar hechos hace tiempo», señaló Pomar que, sobre el plan de infraestructuras del Govern, opina que el problema «es que todas las inversiones tardan». Prueba de ello es que acaba de terminar el tercer instituto que se pidió en la época de Felipe González.