Los desacuerdos, las disputas, los desencuentros y las
diferencias están a la orden del día. Muchas veces encontrar
soluciones a un conflicto, sean de la índole que sean, es
tremendamente complicado e imposible. Intentar que dos personas o
partes enfrentadas vean la luz y lleguen a un acuerdo sin necesidad
de tirarse de los pelos ni ir a los juzgados, y llevarlo a cabo de
una forma pacífica y rápida es lo que intentan los trece mediadores
que han creado el centro de mediación L'Acord. Entre ellos hay
abogados, psicólogos y trabajadores sociales que se han formado en
Eivissa a través de un master en mediación organizado por la
Asociación Ademib (Asociación de Mediadores de las baleares).
Eivissa es la pionera en la implantación de la mediación en las
baleares. El colegio de abogados de la isla pidió a la asociación
Ademib que redactara el proyecto de ley de mediación en
baleares.
Las áreas en las que se puede aplicar la técnica de la mediación
son muy variadas: conflictos laborales y empresariales, conflictos
familiares, conflictos derivados del reparto de herencias o de la
sucesión en empresas familiares, conflictos vecinales y
comunitarios, conflictos escolares e interculturales. El abogado
Ricardo Albín confiesa que es una apasionado de los conflictos
interculturales pues son un buen reflejo de la sociedad y de la
realidad. Con el atentado del 11 de septiembre se pusieron de moda
los mediadores de la interculturalidad.
Ricardo para evitar los equívocos y para que quede claro es un
hombre a quién no le gustan los malentendidos, especifica que «lo
que hacemos es crear el ambiente, el clima para que las personas
enfrentadas se puedan entender. El esqueleto básico de la mediación
es que los acuerdos a los que llegan las propias partes son mucho
más sólidos que cuando son inducidos por una tercera persona.
Cuando nacen de la voluntad la experiencia nos dice que se respetan
mucho más».
Un mediador siempre tiene que ser imparcial, «no tomamos parte,
ni podemos apuntar soluciones porque no sería válido y lo
importante es que salga de ellos mismos», comenta Margarita
Joaniquet, componente del equipo y una profesional con experiencia
en conflictos laborales.
La mediación es un proceso y de lo que se trata es de ir
reconduciéndolo obteniendo información en una primera fase e ir
conociendo a las partes en conflicto para que después se puedan
conducir las posiciones de cada uno desde esa fase muy anímica y
pasional a una fase más racional donde se pretende que se
establezca el acuerdo. Un proceso de mediación suele durar entre
ocho y doce sesiones, aunque la temporalidad también está marcada
por el tipo de conflicto y por las partes. Su coste es de 60 euros
por sesión. Los resultados suelen ser positivos porque, según
comenta Margarita, «normalmente cuando dos partes vienen al centro
de mediación ya hay una predisposición para solventar el problema,
aunque hay muchas veces que vienen remitidos por el juzgado.
Es obvio que los mediadores existen porque los conflictos son
inherentes al ser humano. C.V.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.