Últimamente escribir artículos de opinión en Ibiza se ha convertido en una actividad peligrosa y se corren ciertos riesgos, según lo que opines y escribas. Parece que está en peligro la libertad de expresión, lo cual a mí, que nunca he tenido un espíritu combativo, me preocupa un poco y tengo que armarme de valor y pensármelo mucho para dar mi opinión sobre algún tema que pienso puede no ser del gusto de todos. Sin embargo, nos arriesgaremos esperando haya suerte y tengamos pocos lectores.

El tema de hoy es la promoción de la isla y la función que desempeña actualmente una entidad tan emblemática y representativa como es el Fomento de Turismo. Esta entidad se creó en una reunión celebrada el día 2 de diciembre de 1934, a la que asistieron entre otros los Señores Wallis, Puget, de Roselló, Ramón Ferrer, Viñets, Macabich, etc. La última reunión antes de la Guerra Civil fue en casa de Ignacio Wallis y precisamente a la salida se enteraron de la noticia del levantamiento militar del General Franco. Con motivo de un homenaje que organizamos en honor de la primera directiva, Don Isidoro Macabich escribió la historia de su fundación y sus primeras actividades. Es un formidable artículo aparecido en la prensa local y dedicado a mí, por entonces miembro de la Junta Directiva.

Es su momento fue la entidad insignia de Ibiza y Formentera, en una época en que no existía el Consell ni otra entidad que representara a las dos islas, siendo por tanto el único interlocutor que existía a nivel insular, y aunque era una entidad privada, de hecho realizó un cometido político-social que llevaba un vacío insular. Todos los alcaldes de los municipios de Ibiza y Formentera eran miembros natos de la Directiva, con lo cual todos los acuerdos que se tomaban estaban respaldados por todos los ayuntamientos y ser Presidente del Fomento era un cargo prestigioso y relevante, y la sociedad un verdadero órgano de presión incluso ante la Administración Central.

Como todas las sociedades, el Fomento ha sufrido muchos vaivenes, momentos de esplendor y momentos de decadencia, siendo una de las épocas de mayor prestigio, a mi entender, bajo la presidencia de Miguel García de Saez, hombre brillante, inteligente, con gran personalidad y un gran relaciones públicas. Bajo su presidencia, larga y fructífera, se realizaron muchas y muy variadas actividades, y el Fomento estaba presente en todos los eventos. Nacieron en el seno de la entidad, entre otras muchas cosas que recuerdo: el Festival de Música Grundig, las Semanas Culturales, la moda adlib, Plaza D Art, encuentros culturales, etc.

Yo estuve muchos años ejerciendo diferentes cometidos. Fui Presidente de la Comisión de Fiestas, de captación de socios, de la Comisión de Cultura, miembro de la Directiva del Comité Ejecutivo y Vicepresidente, todo ello a lo largo de unos 30 años, y fui espectador privilegiado de su ascendencia, poder y decadencia. Con los años la aparición del Consell y algunos presidentes que no dieron la talla, el Fomento fue perdiendo poder e influencia. Hoy en día, por sí sólo, lo veo poco vigoroso, las cutas de los socios no sé si dan para pagar el personal, y la aparición de las consellerías del Govern Balear y Consell, una patronal hotelera fuerte y una PIME le han ido restando protagonismo y parcelas de poder. Desgraciadamente, Turismo está en manos del Govern Balear -¿o Govern Mallorquín?-, que no cede competencias y siendo Mallorca nuestro principal competidor, pienso que hasta recibíamos mejor trato de Madrid que de Palma.

Cuando he visto las últimas promociones en las Ferias de Turismo con Michael Douglas como plato fuerte he pasado vergüenza ajena, ver las millonadas que se le pagan para que hable de Formentera o que es "demasiado mayor para venir a Ibiza". Lo considero lamentable, y me parecía patético ver las caras de nuestras primeras autoridades mirándole con arrobo cuando deberían haber protestado pública y enérgicamente pidiendo una explicación. Menos mal que el conseller de turno se despachó a gusto justificándole diciendo que habían sido unas declaraciones en plan de broma. Sinceramente, creo que con las cosas de comer no se juega, y menos gastando el dinero de todos.