Los sindicalistas Diego Ruiz y José Antonio Carmona vivieron
ayer su particular Operación Triunfo. El cambio de recorrido de la
marcha del 1º de Mayo, que concluyó por primera vez en el Parque de
la Paz y no en Vara de Rey como es habitual, propició que los
representantes de CC OO y UGT se convirtiesen en showmen
improvisados de los grupos de jubilados que todos los días toman en
el citado parque su baño diario de sol, tan beneficioso para la
osteoporosis.
Interesados en el tema, los integrantes de la tercera edad
tomaron posiciones en los bancos cercanos al escenario de los
discursos y fueron escuchando, criticando y aplaudiendo las
intervenciones. «Estamos satisfechos por el éxito de la izquierda,
que ha librado al país de la zozobra del Partido Popular», dijo
José Antonio Carmona. «Eso no es verdad», le respondió, por lo
bajini, una pensionista mientras ponía cara de desaprobación y
meneaba la cabeza de izquierda a derecha. «La prepotencia y
chulería del gobierno del Partido Popular le hizo enfrentarse a
todo el país», dijo Diego Ruiz. «Ala, venga ya hombre», le contestó
también en murmullo otra señora, que puso mohín de enfado.
No todo fueron críticas, los aplausos se extendieron a los
jubilados cuando los sindicalistas rindieron homenaje a las
víctimas del 11-M. Hubo división de aplausos y críticas cuando
hicieron referencia a la conveniencia de la retirada de las tropas
españolas en Irak.
Antes de llegar a la plaza, la marcha transcurrió tranquila
aunque estridente. Una especie de sirenas-silbato atronaron todo el
recorrido. Algunos se asomaron a los balcones de Isidoro Macabich
pensando que había un atasco monumental. ¿Se podría considerar
enfermedad laboral el dolor de cabeza que provocaron estos silbatos
a más de uno?
En las paradas de autobuses de la citada calle los turistas del
Imserso esperaban a que pasase la marcha para poder subir al
autobús. «Pero ¿qué pasa hoy?» -se preguntaba uno. «Ahí pone que es
por lo de los atentados», le contestó otro (en referencia al «No al
terrorisme» que lucía una de las pancartas). Entre que están de
vacaciones y que la vida laboral les pilla de lejos es normal que
no se acordaran de que era el Día del Trabajo.
La ausencia de colectivos de inmigrantes, que no tuvo
explicación para los sindicatos, podría tenerla. Una de las
personas que movilizaba a los extranjeros cuando ocupaba un puesto
en el Centro de Información al Trabajador Extranjero de CC OO era
Carmen Duarte, que ha dejado el sindicato por desavenencias y que
ayer no participó en la marcha, cuando en años anteriores era
protagonista.
Los que sí dieron alegría al evento fueron los niños asistentes,
entusiasmados con eso de poder correr por medio de la carretera,
tocar silbatos tan alto como pudieran sin que nadie les riñese y
con lo de agitar pancartas. Caras conocidas, unas cuantas: Juan
Rubio, Pilar Costa, Mª Àngeles Leciñena, Santiago Pizarro, Toni
Roldán, Joan Bonet, Pedro Campillo, Joan Bonet, Roque López,
Patricia Abascal y Marian Suárez. Alguno lo resumiría como «casi
todo el rojerío de la isla».
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