Cristian Coll Bellido y Toni Riera Riera, ambos de 13 años, forman parte de los 104 alumnos que ayer inauguraron el nuevo instituto de educación secundaria en Sant Llorenç. Ambos cursan primero de ESO, del grupo C, y hasta el lunes estuvieron recibiendo clases en el colegio público de Santa Gertrudis. «Es todo nuevo. Está un poco sucio y resbala, pero estamos muy contentos con el patio», dicen con el bocadillo y un refresco en la mano. Ambos apuran los últimos minutos de recreo en este espacioso patio, rodeado de naturaleza, antes de volver a las clases.

Los chavales aún no han podido disfrutar de la cafetería que no está abierta y han tenido que trasladar las sillas hasta su clase para poder sentarse en las aulas. Las pistas del colegio están sin pintar, el gimnasio no está en condiciones, el edificio de bachillerato está sin limpiar, hay letreros de papel en las puertas de las clases y los departamentos en marcha y la línea telefónica estaba siendo instalada.

«Sabemos que no es óptimo, pero estamos encantados de habernos trasladados porque faltaba espacio y los alumnos y los profesores estaban repartidos en dos colegios de primaria a los que les quitábamos espacio», comenta la directora del instituto, Margalida Marí. «Los alumnos están muy ilusionados», relata otra profesora.