Normalmente se trata de pintores, también de poetas y por qué no de ceramistas. Son muchos los artistas que en Eivissa han hecho una labor tan especial e importante como es la de realizar sus creaciones al servicio de la literatura.
Son los ilustradores editoriales, aquellos que a través de sus interpretaciones crean un mundo paralelo, un modo de referencia y otras veces un complemento dedicado a comulgar con el mundo de las letras.

Cuatro son las editoriales que fabrican y publican los textos de los autores que hablan desde, hacia y sobre Eivissa, y sólo una nunca ha ilustrado alguna de sus publicaciones. Junto a las otras tres, muchos artistas de la isla han colaborado para que los libros infantiles, los que rezan la poesía y los que cuentan historias y descubrimientos tuvieran una mirada subjetiva y libre como es la de la ilustración.
José Tauste es un artista (y todo lo que ese término puede sugerir) que llegó a la isla hace dos décadas y que ha tenido la oportunidad de ilustrar varios libros de diferentes autores y géneros. Su imaginación lo ha llevado por tres cuentos infantiles, otros libros de poemas y una ópera para ciegos en los que Tauste ha tenido que ahondar y experimentar para expresarse a través de su propio lenguaje. Es así como 'La llarga tardó a casa' de Toni Roca y publicada por Editorial Mediterránea y 'Les Germanes Captives' de la Editorial Can Cifre y escrito por Mariá Villángomez, llevan entre sus páginas «la historia de un mundo independiente creado por mí, sin salirme de la temática» y también de esta forma, pero dedicado a los pequeños lectores, Tauste asegura sentirse uno más entre los niños «al trasladarme a su forma de interpretar las cosas, jugar como ellos».
Hay tantas maneras de ilustrar como miradas coexisten en el pensamiento de cada artista, sin embargo, uno de los proyectos más interesantes de José Tauste fue el de colaborar en una versión de la ópera 'La flauta mágica', patrocinado por la Once y dirigida hacia los no videntes. Este libro, premiado por su originalidad y funcionalidad, llevó a Tauste a experimentar creando imágenes táctiles de diferentes texturas y temperaturas que crearon un referente fuera de lo común en la mente de sus lectores. Primeros planos, vidrio, terciopelo y plumas fueron algunos de los recursos que ilustraron este proyecto que actualmente se encuentra en Madrid.

Darle imagen a la palabra, fijar una determinada interpretación yhacerlo con arte. «Crear un lenguaje diferente que también lleva un mensaje paralelo», de acuerdo a Toniet, un ceramista que con una técnica basada en la fotografía de piezas en cerámica ha ilustrado la adaptación 'Una nit de Sant Joan' otra obra de MariáVillángomez.
Un trabajo esporádico al que muy pocos artistas pueden negarse por la ilusión que una propuesta de ésta clase conlleva y que tanto editores como artistas llaman colaboraciones porque por el mismo no media ninguna remuneración económica. Una forma de trabajar en la que editoriales y artistas comulgan en pos de la cultura. L.Aversa