Vicent Torres, concejal de Urbanismo de Eivissa. El responsable
de Urbanismo del único ayuntamiento de la isla gobernado por el
Pacte considera muy desafortunadas las manifestaciones del nuevo
conseller ejecutivo y considera muy negativo que la máxima
institución pitiusa quiera hacer «tabla rasa con todo lo que
urbanísticamente está mal hecho».
José Sala, alcalde de Sant Antoni. A Sala no le parece mal la
idea del nuevo conseller ejecutivo de Urbanismo, aunque entiende
que «muchas edificaciones nunca serán legalizables». Se refiere,
por ejemplo, a aquellas que ocupan lugares que deben ser
considerados de especial protección u otras que ocupan viales
públicos.
De todos modos, el alcalde de Sant Antoni advierte de que «el
PTI no tendrá rango suficiente para legalizar edificaciones» y que
para ello habrá que adoptar «alguna medida legislativa». También
matiza que la legalización de construcciones supondrá «la
presentación de proyectos de legalización, el pago de tasas y
sanciones y la reparación de los posibles daños
medioambientales».
José Marí Ribas, concejal de Urbanismo de Sant Josep. Considera
que el urbanismo de las Pitiüses se encuentra en una situación de
transición «en la que convendría ser un poco magnánimo pero no
hasta el punto de aplicar tabla rasa». «Hacerlo no creo que sea
prudente», añade, puntualizando que «se debe respetar prácticamente
todo lo que está hecho». El concejal reconoce que no se le puede
dar salida a todo lo que está fuera de ordenación «pero tampoco se
puede retroceder» y «tirar todo lo que está construido en estas
condiciones». «Lo que hay que procurar es que las cosas se hagan
correctamente a partir de la aprobación del nuevo Plan Territorial
Insular», explica.
Vicent Riera, concejal de Urbanismo de Santa Eulària. No quiere
opinar sobre las manifestaciones del conseller ejecutivo de
Urbanismo, José Torres, aunque resalta la necesidad de que el Plan
Territorial se apruebe cuanto antes.
Antoni Marí 'Carraca', alcalde de Sant Joan. Marí no sabe si la
medida anunciada por el nuevo conseller de Urbanismo es la más
adecuada y asegura que «hay que estudiar caso por caso». Recuerda,
además, que la administración «carece de los medios necesarios para
hacer cumplir la ley de disciplina urbanística». Sobre la
legalización de viviendas fuera de ordenación, dice a modo de
símil: «No es lo mismo matar a una persona que darle dos tortas».
Así entiende que, al igual que Sala, hay edificaciones que pueden y
deben ser legalizadas y que «hay que trabajar sin tener la vista
fijada en el pasado». «Soy partidario de una solución mixta»,
matiza el alcalde, que entiende que los que han incumplido la ley
tienen que compensar su falta para evitar un agravio con los que sí
han actuado dentro de la legalidad.
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