RUIZ COLLADO/JUAN MESTRE
La Conselleria de Turisme quiere desarrollar al máximo la Ley General Turística (LGT), tras el impasse producido en la pasada legislatura, de ahí que potenciará al máximo todo lo relacionado con el intercambio de plazas viejas por nuevas, la reconversión de plazas turísticas en viviendas urbanas y la constitución de una «bolsa de camas», mediante la cual el Govern podrá conseguir fondos para financiar proyectos de rehabilitación, esponjamiento y mejora integral de zonas turísticas. La única modificación que tiene previsto incluir en la Ley General Turística, vigente desde marzo de 1999, es la regulación de las viviendas vacacionales, con el fin de que aflore y se legalice esta oferta de alojamiento mediante toda una serie de medidas turísticas y fiscales.

La Conselleria de Turisme, tras las inspecciones realizadas en agosto y septiembre de 2003, tiene detectadas en las Islas unas 1.400 viviendas vacacionales, de las cuales 1.000 se encuentran en Mallorca. «El objetivo es regular esta oferta, para lo cual se ha negociado con la Asociación de Propietarios y la Asociación de Empresarios. Se crearán un registro turístico y un registro fiscal, en los cuales quedarán inscritas todas las viviendas vacacionales, para lo cual deberán cumplimentar los requisitos básicos de ser viviendas unifamiliares, aisladas y como máximo con cuatro o cinco habitaciones. Esta será la única modificación que se hará en la actual LGT», indican desde la Conselleria de Turisme. La Ley General Turística impulsó, desde un principio, la creación de una «bolsa o banco de camas», pero desde la aprobación de dicha ley no se ha desarrollado en ningún aspecto. El objetivo primordial de este «banco de camas», que se quiere impulsar ahora en esta legislatura, es lograr la máxima financiación para la modernización de los establecimientos hoteleros e incentivar al máximo el esponjamiento en las zonas turísticas.

El cambio de uso turístico por el urbano o residencial, es otro de los aspectos claves que quiere implementar al máximo el Govern, por entender que es una salida para hoteles y apartamentos turísticos obsoletos con el objeto de que sean reconvertidos en viviendas, con unos parámetros fijados en cada municipio en cuanto a superficie. El Govern pretende que la densidad mínima sea de 90 metros cuadrados, para así evitar la utilización de estas viviendas como apartamentos turísticos. «Queremos que no se implante el esponjamiento puro y duro, sino que los inmuebles turísticos se puedan reconvertir en viviendas», indica el Govern. El conseller de Turisme, Joan Flaquer, puntualiza que hasta el momento la Ley General Turística, «no se ha desarrollado, de ahí el interés del Govern de ejecutarla porque es la base del modelo turístico por el que ha apostado Balears para mejorar su competitividad».