El delegado de la Cámara de Comercio de Eivissa y Formentera, Joan Tur Ripoll, confirmó ayer que las Pitiüses se van a independizar de la Cámara de Comercio de Mallorca, Eivissa y Formentera y afirmó que cree que no sólo «es posible» sino totalmente «viable» sacar adelante este proyecto.

La principal razón de la separación, según el empresario, son «los problemas de gestión actuales» ya que cualquier decisión que quiera tomar Eivissa «tiene que pasar primero por Mallorca antes de llevarla a cabo». Se trata de un proceso burocrático lento y «se ha pensado que lo más razonable es adaptarlo a la nueva situación de Balears y a los consells insulars», dijo Tur Ripoll, que añadió que hay cámaras de comercio independientes en otros lugares de España con unos presupuestos mucho menores que el que se maneja en Eivissa y Formentera. Según Joan Tur Ripoll el presupuesto con el que cuenta la Cámara de Comercio de Eivissa y Formentera «es de más de 100 millones de pesetas anuales (más de 600.000 euros)». Para los empresarios «lo ideal es que en Mallorca puedan ir por su cuenta, sin tener que contar con las Pitiüses y que en Eivissa y Formentera se sea más operativo», matizó.

El sector empresarial de las Pitiüses «ha tomado la decisión firme de que quiere una Cámara de Comercio independiente», remarcó Tur Ripoll, resaltando que no se trata de una decisión de la directiva sino consensuada. La posibilidad de independizarse de Mallorca se lleva barajando desde hace años, del mismo modo que Menorca cuenta con su propia Cámara de Comercio.

Qué es una cámara
Una cámara de comercio es una corporación de derecho público al servicio de la comunidad empresarial a la que representa. La actual Cámara de Comercio tiene comisiones consultivas de turismo, comercio exterior, comercio interior, urbanismo, construcción, industria, transportes, arbitraje, nuevas tecnologías y formación.

Su función es representar y defender los intereses económicos generales, actuar como organismo consultivo de la Administración, analizar la actualidad económica, promover la ocupación mediante programas de formación profesional y organizar actividades que fomenten el reciclaje del tejido empresarial.

Todas las empresas de la zona tienen que abonar anualmente una cuota con el nombre de «recurso cameral permanente».