'Joan Parreta', en el centro de la imagen, en una entrega de premios del Ayuntamiento de Sant Antoni en 2002.

J oan Marí Portes, alias Joan Parreta, uno de los mejores tiradores de bassetja de todos los tiempos, falleció el pasado sábado en Sant Agustí, lugar del que era original. Durante gran parte de sus 87 años de vida practicó este deporte de corte rural y local participando en numerosas fiestas pagesas, en las que siempre destacó por su destreza y puntería.
En palabras de Pep Ribas, delegado de la Federació Pitiusa de Tir amb Bassetja, «Parreta destacó más que por su trayectoria deportiva por su gran talla humana. No era competitivo sino más bien una persona conformista», dijo el delegado de la Federació Balear de Tir amb Bassetja que también destacó su participación hasta hace apenas un par de años en las competiciones locales». «Era la persona de más edad incluida en la Federació Balear de Tir amb Bassetja y dentro de todas las federaciones deportivas de Balears el más veterano», destacó Ribas, gran amigo y admirador del finado que fue condecorado en vida por el Ayuntamiento de Sant Antoni y por el Consell Insular por las buenas puntuaciones que conseguía a menudo en las competiciones locales.
Con la muerte de Joan Parreta desaparece uno de los tiradors amb bassetja de la generación más veterana de Eivissa.
Esposo, padre y abuelo, Parreta deja en herencia tanto entre sus dos hijas como entre sus nietos su humanidad y la práctica de sus hijas, yernos y algún nieto detir amb bassetja.
Pero además de por su destreza deportiva este vecino de Sant Agustí que se dedicó a explotar sus tierras y que emigró a América trabajó en la primera gasolinera de Sant Antoni, por lo que ha sido muy conocido.
La experiencia y la sabiduría acumulada a lo largo de toda una vida hacían que las competiciones con Joan Parreta se convirtiesen en reuniones de amigos e intercambios de experiencias. «Las competiciones eran reuniones de amigos y él las disfrutaba», comentó Pep Ribas. E.E.