Las enfermedades venéreas están proliferando en Eivissa y Formentera en los últimos años. El dato más significativo acerca del aumento de este tipo de enfermedades procede del registro de enfermedades de declaración obligatoria, ya que durante el año pasado se dieron cuenta de 15 casos en Eivissa de infecciones gonococicas (gonorrea), una cifra muy elevada si se tiene en cuenta que en la isla de Mallorca se declararon 36 casos el mismo año. Además, en Eivissa sólo se registraron cuatro casos el año anterior, según los datos facilitados por el servicio de vigilancia epidemiológica del Govern. «No es una enfermedad que sea preocupante desde la salud pública. Otra cosa es que se tenga que mirar en algún sitio para ver lo qué ha pasado», comentó el responsable del servicio, Antonio Aguiló.

Esta percepción del aumento la comparten algunos médicos de cabecera, pese a que este tipo de enfermedades no se tratan de manera muy habitual. «El caso típico que se atiende es el de un inmigrante de origen africano que ha estado con una prostituta de ses Figueretes», comenta un facultativo, que reconoce que se atiende cada vez más casos de enfermedades venéreas coincidiendo con la inmigración. La prostitución ha aumentado en la isla y es una imagen habitual en varios puntos de la isla. En estos últimos años se está tratando de hacer un seguimiento más exhaustivo de las enfermedades de declaración obligatoria, un listado de enfermedades con riesgo de contagio que se han de notificar a Sanitat.

No sólo la gonorrea y el sifilis, que están en el listado de declaración obligatorias son las únicas que se atienden, sino también hay muchos casos de condilomas (verrugas genitales) que puede desencadenar en un cáncer de cervix o el herpes genital. En opinión de algunos especialistas consultados, estas enfermedades no aparecen de forma aislada, sino que una de ellas puede dar paso a la otra. «Cuando mandas un análisis resulta que salen dos o tres microbios», comentaron. Opinan que enfermedades como la hepatitis A y, sobre todo, la B, «se tendrían que tratar como una enfermedad más de transmisión sexual, porque se co ntagian por fluidos y, sobre todo, en prácticas homosexuales».