La consellera Stela Matutes acudió a una reunión con los representantes de Holanda, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, en el hotel Ocean Drive, en Eivissa.

La cónsul británica, Helen Watson; el holandés, Paul Wienen; la italiana, Sandra Beauvais; el alemán, Ekkehardt Boxberger y la francesa, Laura Ferrario, se reunieron ayer con la consellera de Vías y Obras, Stella Matutes y el director general de Cultura, Miquel Costa, para plantear algunas de las preguntas y las demandas de los colectivos a los que representan.

Los asistentes se mostraron distendidos durante la cita y manifestaron su intención de repetir encuentros similares con otros representantes políticos y sociales. En este sentido, van a solicitar a la directora insular de la Administración del Estado en las Pitiüses, Marienna Sánchez-Jáuregui, una reunión para tratar de dar solución al problema de las colas en Comisaría para obtener las renovaciones de permisos de residencia. Según los cónsules las colas que hay en la actualidad, a pesar de las promesas de solución, siguen siendo inadmisibles. «Se llega a esperar hasta cuatro y seis horas sólo para hacer una gestión de pocos minutos», denunciaba ayer Ferrario. Además, las colas comienzan de madrugada. Los cónsules vuelven a pedir que se abran dos mostradores: uno para ciudadanos comunitarios y otro para extracomunitarios, porque de ese modo sería mucho más ágil. La documentación que presentan los comunitarios es escasa y rápida de gestionar, «no tiene sentido tanta espera», manifestaron.

Buena parte del encuentro se centró en el proyecto de reforma de la carretera de Sant Antoni. La consellera Stella Matutes explicó los detalles del plan a los cónsules, que tienen opiniones encontradas. Hellen Watson, cónsul británica, ha manifestado en numerosas ocasiones la idoneidad de la reforma. Precisamente la familia británica de un joven atropellado en la citada carretera fue la principal promotora de una campaña en el Reino Unido, que llegó a implicar a Tony Blair en la reivindicación de mejoras en la vía. Por su parte, la cónsul francesa, Laura Ferrario, manifestó que su colectivo está preocupado por el impacto medioambiental de esta obra, que considera excesiva. Sin embargo, y a pesar de la disparidad de criterios, los cónsules manifestaron que respetan todos los puntos de vista.