Ahora, explicaron ayer desde la Conselleria d'Educació, la Junta
Avaluadora de Català tendrá que emplazar de nuevo a estos 243
alumnos para que realicen las pruebas oral y escrita de nivel B. No
obstante, cabe la posibilidad de que, nuevamente, los colaboradores
de la Junta se nieguen a vigilar a los alumnos durante el examen,
y, tal y como se hizo ayer en Ciutadella, sean funcionarios
municipales quienes se encarguen de cumplir esta misión.
Ayer, tanto en Mallorca como en Menorca, se produjo la misma
situación que en Eivissa, pero a diferencia de lo que ocurrió aquí,
los alumnos citados sí pudieron realizar el examen, ya que a los
ayudantes de la Junta Avaluadora de Català les sustituyeron
funcionarios municipales y del Govern. En Menorca, los encargados
de vigilar los exámenes leyeron un manifiesto en el que mostraban
su desacuerdo y rechazo a las medidas sobre el catalán en la
enseñanza anunciadas por el conseller de Educación y Cultura del
Govern, Francec Fiol, «porque atentan directamente contra el
proceso de normalización lingüística en Balears». Además, los
colaboradores de la Junta, tanto en Menorca como en Eivissa,
denunciaron que el hecho de que «el Govern balear haya contactado
con otras personas para llevar a cabo las tareas de ayudante de
aula, improvisación que supone un examen sin garantías para las
personas que se examinan». En su opinión, para vigilar el examen y
resolver las dudas de los alumnos durante la prueba con garantías
es necesario ser licenciado en filología catalana.
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