El servicio municipal de autobuses de Formentera es una eterna paradoja. Ni quienes prestan el servicio ni quienes lo disfrutan se ponen de acuerdo en horarios, frecuencias y recorridos. Salvo en verano, los autobuses circulan vacíos, pero quienes dependen de él se quejan de que no se les tiene en cuenta

Invierno tras invierno, este servicio se convierte en fuente de dolores de cabeza tanto para el concesionario del servicio, Autocares Paya, la primera institución de la isla y los usuarios a partes iguales. De todos modos, las implicaciones y carencias del servicio en invierno no afectan a todos por igual.

Los autobuses de Formentera dejaron de funcionar el día de Nochebuena, alrededor de las cinco de la tarde y no volverán a entrar en servicio hasta el lunes 29 por la mañana. El motivo es que si en años anteriores en época invernal no había servicio domingos y festivos, este año se han añadido a la carencia los sábados.

Tal como «caen» las fiestas esta Navidad, desde media tarde de Nochebuena hasta pasado el Día de los Inocentes no habrá autobús que circule por la carretera. Aunque no exactamente. Si circularán los contratados para excursiones o transfers de turistas, pero lo que es servicio público, no habrá.

El pasado lunes 22 en la parada de Es Pujols, una ciudadana argentina residente en es Pujols comentaba que mejor hacía «las compras para toda la semana porque sino...» a lo que el conductor le contestaba «señora, hasta el miércoles el servicio funciona». Y es cierto, pero dados los exiguos trayectos existentes, quienes dependen del autobús público para desplazamientos se resignan, un año más, a ver como sus movimientos se encuentran más limitados. Otro asiduo del servicio, un catalán afincado en la isla desde hace media docena de años, comentaba que desde donde vive, entre Sant Ferran y es Caló, y por las mañanas «para ir a Sant Francesc, no hay problema, pero para regresar o ir por la tarde no vale la pena pensar en ir en autobús».