El Parlament aprobó ayer los primeros presupuestos del Govern de Jaume Matas y el presidente del gabinete balear reconoció que serán «unas cuentas de transición» ante las limitaciones provocadas por el déficit generado por el Ejecutivo del Pacte.

«Estos presupuestos serán el primer paso para llevar a cabo los grandes proyectos previstos para Balears», dijo Matas minutos después de que PP y UM votasen a favor de las cuentas del próximo año, que ascienden a 1.859 millones de euros. El presidente del Govern reconoció que los debates de presupuestos han perdido el protagonismo que tenían en anteriores ejercicios y defendió la creación de un Fondo de Contingencia pese a las críticas de la oposición. Este fondo contará con una partida económica correspondiente al 2 por ciento de los presupuestos totales.

El debate de las cuentas del Govern del próximo ejercicio han sido modificadas con un total de 22 enmiendas, de las cuales 6 corresponden al PSOE, 3 al PSM y 2 a EU y 11 al PP. Durante la votación final volvió a repetirse la polémica de los últimos años. El presidente del Parlament, Pere Rotger, solicitó los votos por separado de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera, una fórmula que nunca se había aplicado hasta ahora. Sin embargo, el portavoz del PSM, Pere Sampol, reclamó que los votos de Eivissa y Formentera se computasen de forma conjunta, como ha ocurrido cada año. Rotger no aceptó. De esta manera, los presupuestos del Govern contaron con los votos a favor de los diputados de Mallorca, Eivissa y Formentera. El Estatut obliga a realizar la votación por islas en el caso de los presupuestos, pero dicho artículo ha sido interpretado de distinta manera por los juristas.

En la última jornada de debates, la consellera de Presidència, Rosa Puig, defendió las cuentas de su departamento y destacó el aumento del 33 por ciento del gasto destinado a las políticas relacionadas con las personas que sufran discapacidades.

Por otro lado, el presidente del Govern reiteró que su gobierno pedirá más dinero al Gobierno central si la Generalitat de Catalunya reclama cambios en la financiación autonómica. «Nosotros no haremos el primo», advirtió Matas, quien auguró que las relaciones con el gobierno de Maragall serán buenas «si hay respeto».