El futuro del puerto deportivo de Ibiza Nueva preocupa a buena
parte de los actuales titulares de amarres que se reunieron ayer
para abordar el tema. La concesión de la gestión de esta zona, que
cuenta con 536 amarres, por 30 años terminó el pasado 16 de
noviembre y la Autoritat Portuària de Balears decidió otorgar una
«ocupación temporal» a la empresa concesionaria actual por un
máximo de un año para que no hubiese un vacío en la gestión. Esta
«prórroga» terminará en cuanto se cierre el nuevo concurso de
concesión y se adjudique a una empresa que puede ser la misma u
otra diferente, según informó ayer la Autoritat Portuària.
Los titulares de amarres desean que se les reconozca unos
derechos como usuarios del puerto y en esta dirección están
trabajando. Sin embargo, la Ley de Puertos no contempla que los
titulares actuales deban contar con una preferencia para obtener un
amarre con el nuevo concesionario, según explicó el actual director
de Ibiza Nueva, Tomás Ruiz, quien avanzó que volverán a presentarse
al concurso. En el supuesto de que ganasen de nuevo, Ruiz asegura
que darían preferencia a sus clientes. «Es normal que a quienes
lleven años y años como titulares se les tenga algo más de
consideración que a quien llega con las manos vacías», matizó.
Con respecto a los precios de la nueva concesión, la Autoritat
Portuària suele fijar unos mínimos por amarre para cubrir los
servicios esenciales pero los concesionarios pueden elevarlos en
función de las prestaciones añadidas que ofrezcan.
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