El día grande de Sant Francesc se celebró ayer con una nutrida
participación popular que no obstante tenía en todo momento un ojo
mirando al cielo. El mal tiempo y el azar se habían conjugado hasta
ayer para trastocar los planes de la comisión de fiestas, la
popular 'Sa Raval des Pa i Oli', que se vio obligada a suspender
dos actos. A ello se añadió que la víspera del patrón caía una fina
lluvia que impedía celebrar un concierto al aire libre, por
incomodidad y por riesgo físico de los miembros de la Nati Band
debido al peligro de cortocircuitos. Afortunadamente se pudo
disponer de un recinto alternativo cedido por un particular y Sa
Nostra.
Ayer el día amaneció con más de lo mismo, pero la fritada de
pulpo se puso en marcha y de ella dieron buena cuenta no sólo los
formenterenses sino también algunos integrantes de una excursión
del Imserso que por un día se olvidaron del colesterol y de la
tensión. Entre una cosa y otra se llegó a los actos religiosos por
excelencia, la misa solemne presidida por el obispo de Eivissa,
Agustín Cortés, y la posterior procesión por las principales calles
de Sant Francesc en la que el alcalde Costa, y por segunda vez en
su corta carrera como primer edil, portaba el estandarte. A
continuación, proseguía el concurso de vi pagés, bailes,
degustación de orelletes y una que otra visita a la sede del
Ajuntament Vell en el que había una exposición de canarios y aves
exóticas. Para las cuatro estaban previstos los juegos infantiles,
que se retrasaron como suele suceder en estos casos, y mientras el
cielo se iba aclarando, pese al frío, el sentir general era de
alivio. En el Jardí de ses Eres, por primera vez repleto de gente,
se desarrollaron diversas actividades infantiles mientras padres y
madres degutaban un chocolate caliente imprescindible para poder
aguantar la temperatura. Otros optaron por entrar en calor de una
manera más a la antigua usanza, con una tirada de galls en la
explanada del Marc Ferrer que daba derecho a un trago de vino. Con
todo ello el sol se puso mientras la Orquesta Primera Plana hacía
pruebas de sonido; la frase que se oía entre la gente que miraba
era repetitiva en su fondo: «como no den marcha y bailemos, no
habrá quién nos quite el frío». La demostración de aerobic y la
música de cámara con el Trio Assàssia dieron paso a una torrada
cuyos braseros fueron punto de obligada reunión a la espera de la
primera de las grandes actuaciones, la del humorista Toni Albà y su
Auidiència i-Real». G. Romaní
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