No es la primera vez que se cierra este otoño y, presumiblemente
tampoco será la última ya que la climatología acostumbra a jugar
malas pasadas a los formenterenses. En la tarde del lunes los
ferrys quedaron amarrados en Eivissa ante la imposibilidad de
operar y ayer por la mañana la Autoritat Portuària de Balears
cerraba el puerto de Formentera del que no entraron ni salieron
embarcaciones. El viento estuvo soplando de noroeste con roles a
levante con fuerza siete y rachas de hasta ocho, es decir, a más de
70 km por hora.
El puerto de Eivissa estuvo abierto pero el de Formentera
cerrado, pese a que entre la Savina y es Freus el mar no estaba
excesivamente alterado; el verdadero problema se centraba en cruzar
es Freus con un fuerte temporal de proa y realizar la segunda parte
del recorrido a Eivissa con olas de más de 3 metros.
Las navieras que operan entre las Pitiüses confiaban que si se
producía una encalmada al mediodía se podría realizar un trayecto
en ambos sentidos alrededor de la una y media, posteriormente se
pospuso hasta primeras horas de la tarde y finalmente pasadas las
cinco se anunció que no habría ningún servicio entre islas debido
al vendaval que aquella hora aún soplaba con fuerza 8. En la
estación marítima de Formentera esperaban entre 40 y 50 personas
que se marcharon resignadas a sus casas aunque la mayoría se
alegraba de que no pasara la barca para no tener que afrontar un
viaje de pesadilla.
El Manuel Azaña de Baleària mantenía ayer la salida de las 14,15
horas pero tuvo que variar su destino a Valencia por las malas
condiciones meteorológicas de Denia.
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