Un ibicenco que supuestamente construyó a principios del año pasado
una caseta varadero en la rocas de la costa de Sant Antoni e inició
obras para edificar otras cuatro tendrá que sentarse en el
banquillo por estos hechos. El fiscal encargado de los temas de
medio ambiente en Eivissa, Manuel Campoy, ha pedido en su escrito
de acusación que dicha persona sea condenada a un año de prisión y
a derribar las citadas construcciones al hacerle responsable de un
presunto delito contra la ordenación del territorio. Además, se
reclama una multa de 5.760 euros.
Las casetas que son motivo de este procedimiento, en un caso que
tendrá que ser visto en uno de los juzgados de lo Penal, comenzaron
a ser levantadas en marzo del año pasado en la zona conocida como
Roca Baixa, en un lugar calificado de zona de dominio público
marítimo-terrestre. Un informe del Servicio de Protección de la
Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil fundamentó el
procesamiento de la persona que se cree promovió estas
construcciones. La única caseta que se terminó ocupaba un espacio
habitable de unos setenta metros cuadrados, con una ventana lateral
y una puerta de hierro, además de la característica rampa de
hormigón para varar las embarcaciones. Disponía en su interior de
cocina americana, salón y dos habitaciones. Asimismo los usuarios
disfrutaban de instalación eléctrica. Según la investigación, en el
mismo periodo se realizaron obras para levantar otras cuatro
casetas en sitios colindantes a ésta, trabajos que no se
concluyeron del todo.
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