El alcalde de Formentera, Juan Manuel Costa, y el concejal de
Economía y Hacienda, Joan Escandell, anunciaron ayer que este lunes
en sesión plenaria ordinaria se aprobarán entre otras medidas,
diversos impuestos que afectan directamente al bolsillo de los
ciudadanos. El alcalde Costa justificó la subida señalando que de
acuerdo a la Ley General de Estabilidad Presupuestaria aprobada por
el PP, «los ayuntamientos están condicionados ya que la capacidad
de endeudamiento municipal está limitada y por ello deben subir los
impuestos para hacer frente a las inversiones y gastos
previstos».
Ello no obsta a que según la ley anteriormente mencionada, el
Consistorio reciba, pero ya en 2004, una compensación económica por
parte del estado cifrada en algo menos de 300.000 euros para paliar
los efectos de la ley de estabilidad.
El impuesto que mayor subida experimentará es el que se aplica a
construcciones, obras e instalaciones que aumentará un 25%. En este
sentido Costa y Escandel señalaron que legalmente se puede aplicar
hasta un 4% sobre el coste de las obras y que hasta la fecha
Formentera se situaba en un gravamen del 2,8% y que ahora pasará al
3,5%, lejos aún de los máximos legalmente permitidos; «creemos que
dada la limitación espacial de Formentera y debido a la presión
urbanística existente, esta subida puede ayudar a frenar dicha
presión».
Con esta medida y la subida de otros impuestos como el de
vehículos, el del IBI urbano, ya que el IBI rústico descenderá, «el
Ayuntamiento confía en recaudar unos 300.000 euros más que en
ejercicios anteriores», señaló el responsable de las cuentas
municipales Joan Escandell. En el caso de los vehículos las tasas e
impuestos se aplican mediante unas tarifas standard a la que el
Consistorio puede aplicar un coeficiente variable que, en este caso
pasará del 1,4 al 1,6%, es decir ligeramente inferior al 15%; por
lo que al Impuesto de Bienes Inmuebles, IBI, tanto Escandell como
Costa precisaron que las medidas adoptadas, no «influyen mucho en
el bolsillo de cada uno de los ciudadanos pero sí ayudan a las
arcas municipales en una cantidad nada desdeñable, ya que cada
ciudadano pagará un poco más, muy poco más -subrayó Escandell- pero
esa suma de 'pocos mases' es sustancial para el Ayuntamiento». El
IBI urbano que era del 0,65% pasará al 0,75, un 15% superior,
mientras que el IBI rústico pasará del 0,70% al 0,30% , el mínimo
establecido por la ley y al mismo tiempo el que menos ingresos
supone para las arcas del Consistorio por cuanto suelo rústico hay
cada vez menos en la isla. Asimismo Escandell destacó que tras la
última valoración catastral, que data del 99, se habían ido
adaptado los nuevos impuestos de forma progresiva y que con esta
subida se adecuan los impuestos a las valoraciones de hace un
quinquenio.
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