La tranquilidad que supone tener a buen recaudo documentos importantes, joyas de valor o dinero en efectivo ha provocado un importante incremento de la demanda del servicio de cajas de seguridad que ofrecen cajas y bancos de las Pitiüses. La discreción que supone, ya que nadie salvo el cliente conoce el contenido de estas pequeñas cajas de caudales, hacen todavía más atractivo el alquiler de una de ellas. La dispersión de las casas en el campo y la creciente actividad delictiva son dos de los motivos que invitan a los propietarios a evitar dejar cosas de valor material en las viviendas. Tanto si están en la isla como si pasan unos días o largas temporadas fuera de ella, los residentes en casas prefieren contar con la tranquilidad de tener sus pertenencias valiosas en el banco, según confirman a este periódico las entidades que ofrecen esta ventaja.

Un portavoz de la CAM remarca que este tipo de servicio siempre se lo facilitan a los clientes directos del banco y que es «bastante difícil» que una persona a la que no conocen llegue a disponer de una caja. «En estos casos se investiga sobre el candidato para que la caja cuente con una serie de garantías de que es una persona fiable», explican y añaden que esto se debe a que «nunca se sabe el contenido de la caja fuerte». La CAM cuenta con esta facilidad en varias de las sucursales y hay cuotas diferentes según el tamaño de la caja.

Algunas de las entidades consultadas, que han reconocido que es un servicio que ofrecen y que cuenta con una gran aceptación, han preferido no dar más datos por cuestiones de seguridad o política de empresa. Aunque el contenido de las cajas es totalmente confidencial y cuando se abren no hay nadie más en la sala que el cliente, la mayor parte de objetos que se depositan son documentos importantes y joyas.