La consellera de Economía, Hacienda, Carreteras y Obras, Stella Matutes, sacó a relucir ayer un estudio realizado en 2002 por el Consell sobre las carreteras de las Pitiusas para reiterar de nuevo que la reforma de la vía de Sant Antoni es un proyecto prioritario. Según este trabajo, el índice de intensidad media diaria de tráfico en esta carretera se situaba en 2001 en 19.964 vehículos cuando los técnicos redactores del estudio recomiendan el desdoblamiento de carreteras convencionales a partir de una media diaria de 10.000 vehículos. Además del excesivo volumen de tráfico, los elevados índices de peligrosidad de la carretera de Sant Antoni hacen que este proyecto sea imprescindible para el equipo de gobierno del Consell. A pesar de que la carretera de Eivissa a Santa Eulària en su primer tramo supera los niveles de tráfico de la de Sant Antoni, Matutes justificó que se priorice esta última vía por «la repercusión internacional que ha tenido, el turismo y el elevado número de accidentes que se registran en ella».

La consellera aseguró que a la hora de llevar a cabo estas obras lo que se va a primar es la seguridad sobre la velocidad. Además se intentará llevar a cabo el desdoblamiento con el menor impacto ambiental posible. El objetivo final de la administración insular es conseguir dar una solución definitiva a los problemas que afectan a este trayecto para que «se convierta en un paseo agradable y no en una carretera de obstáculos peligrosa como suele ocurrir especialmente en la temporada de verano», apuntó la responsable insular de Carreteras.