Los 599 alumnos oficialmente matriculados en infantil y primaria de
Formentera iniciaron ayer el curso escolar 2003-2004 sin el más
mínimo problema. La vuelta a las aulas estuvo presidida por un
cielo negro que amenazaba tormenta pero en el que, sin embargo, se
dibujaba un arco iris inmenso; al final, mucho viento, cuatro gotas
y normalidad absoluta.
Por lo que se refiere al profesorado no hubo contratiempos ya
que en todos los centros escolares estaban presentes todos los
profesores previstos, circunstancia que hasta el pasado año venía
siendo inusual. Sin embargo, Pilar Castelló, directora del Mestre
Lluís Andreu, en Sant Francesc, señalaba que «el pasado año también
el primer día de clase teníamos cubiertas todas las plazas de
profesores, algo inusual anteriormente». Por su parte, Joan Robert
Masdeu, director del de Sant Ferran destacaba, además de la
absoluta normalidad en el inicio del curso, el hecho de que aún
hubiera solicitudes de matriculación de último momento, solicitudes
sobre las que se ha de pronunciar de forma inmediata la
Conselleria. En el mismo tono de normalidad se expresaron las
responsables tanto del Colegio Público del Pilar en la Mola como en
Ca ses Monges el colegio religioso concertado de Sant Francesc que
durante años ha sido el único centro en el que se impartía la
educación preinfantil.
Día de estreno
Los más pequeños llegaban a la escuela con la ilusión de estrenar
libros, lápices y libretas nuevas, sin el más mínimo asomo de pena
mientras que algún que otro se aferraba a su padre o madre con un
llanto aparentemente inconsolable y que tras diez minutos en la
escuela había quedado en el olvido. Entre los más mayores, la
pereza de regresar a la escuela se mezclaba con la ilusión del
reencuentro con los amigos, y así, la jornada discurrió bajo unos
parámetros totalmente habituales para estas fechas.
La ilusión de las mochilas o carteras nuevas, la sorpresa de ver
quienes serían los compañeros de clase de este curso o la novedad
de la escuela se leían en las caras de los alumnos de todas las
edades, ya que ayer los 599 escolares que se reencontraron con la
pizarra y el pupitre se encuentran entre la educación infantil de 0
a 3 años hasta los alumnos de sexto, una panoplia de edades lo
suficiente amplia para que unos y otros acabaran disfrutando de su
primer día de clase.
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