El consumo privado, muchas veces por encima de las posibilidades reales de las familias y auspiciado por créditos e hipotecas, ha sido uno de los grandes motores de la economía de las Pitiüses durante los últimos meses. Al menos así se desprende de un estudio que ha elaborado el Centre de Recerca Económica (CRE) de «Sa Nostra», en que el también se advierte de que unos niveles demasiado altos de endeudamiento de los particulares no son buenos ya que hacen a las economías mucho más vulnerables de producirse una crisis.

El nivel de familias que piden créditos o hipotecas y su cuantía fue superior en 2002 a 2001, remarcó ayer el director de CRE, Antoni Riera, que presentó el estudio junto con el director territorial de «Sa Nostra» Àngel Lloreda. El incremento del consumo familiar ha sido una de las bases en las que se ha asentado el crecimiento de la economía ibicenca, de un 1,2 por ciento en 2002, que ha sido superior a la media balear. La confianza de las empresas, según la entidad, es inferior a la que manifiestan los consumidores porque las familias se tienden a dejarse llevar cuando una situación económica está consolidada mientras que las empresas funcionan más en función de previsiones y con otro tipo de fluctuaciones. En números redondos , las Pitiüses han producido bienes y servicios por valor de 1.098 millones de euros.

Por otra parte, el estudio de «Sa Nostra» revela que la isla de Eivissa es una de las zonas con una presión edificadora más alta del Estado, es decir, que hay más metros construidos por kilómetro cuadrado de terreno. En concreto, Riera asegura que las Pitiüses cuentan con 9.222 metros cuadrados construidos por cada kilómetro cuadrado (un millón de metros cuadrados). Esta cifra está por encima de la media balear, que es de unos 8.000 metros cuadrados construidos por km.

Además, la entidad asegura que el número de proyectos visados ha aumentado en torno a un 12,1 por ciento, lo que pone de manifiesto que el sector de la construcción continúa trabajando a buen ritmo.