Las esperadas y temidas lluvias que arreciaron ayer sobre Eivissa causaron los problemas de todos los años: inundaciones y mal olor debido a la unión, en algunos tramos, de los colectores de pluviales y fecales. No obstante, según el Ayuntamiento de Eivissa en la zona de es Pratet funcionó la separación de pluviales y fecales que se inició el año pasado, aunque las alcantarillas no lograron absorber la gran cantidad de agua que cayó ayer. Un año más, para caminar, los peatones tuvieron que remangarse y quitarse los zapatos y para soportar el hedor taponarse las narices.