BÀRBARA MUNAR
Más de 20 jóvenes, procedentes de Alemania, Francia, Chequia y diferentes comunidades del estado español, se han reunido desde el 18 de agosto hasta el día uno del próximo mes en el Camp d'Aprenentatge de sa Cala. Se trata del quinto trabajo de campo que organiza el Grup d'Estudis de la Naturaleza (GEN).

Las actividades que estos jóvenes de entre 19 y 30 años realizan se llevan a cabo desde las 9 de la mañana hasta las dos del medio día y tienen como objetivo limpiar un antiguo camino que une Sant Vicent de sa Cala y Sant Joan, terminar un horno de cal y construir colmenas tradicionales. Esta última actividad creen que no les dará tiempo de realizarla.

Al parecer, en la recuperación del antiguo camino, los chicos deben quitar todas las ramas, suciedad y podar los troncos que impiden el paso. Para ello utilizan picos, hachas y palas: «El primer día tuvimos un buen ritmo, hicimos casi un kilómetro, pero ayer ya no talamos tanto trozo», comenta Annette Saur, una joven alemana que vive en Palma de Mallorca, «el problema es que no estamos acostumbrados y las herramientas pesan mucho», comenta riendo.

Otra actividad prevista es la construcción de un horno de cal: «En invierno vienen niños de las escuelas para enseñarles la vida de payés y necesitan el horno para cocer el pan», asegura Lorena Horcajada, de 21 años y que viene de Barcelona.

Ayer por la mañana, Lorena, Annette y José Ignacio no bajaron a talar el camino porque les «tocó» quedarse en la casa. Según explicaron los tres voluntarios, a quienes les toca el turno de no salir a la actividad deben preparar todas las comidas: «Es bastante duro porque además de las cinco comidas, debemos limpiar los cuartos de baño, fregar todo el suelo, cocinar y limpiar los platos». Lorena comentaba que los que trabajan, hay días, que están hasta la una fregando.

Los jóvenes están muy contentos de poder estar allí, pero todos coinciden en lo mismo. Se sienten encerrados en la casa porque no tienen ningún vehículo grande a su disposición con el que puedan trasladarse y conocer Eivissa: «Es una pena porque con todas las playas que hay para conocer y las cosas que tiene la isla, nos tenemos que quedar aquí porque no nos han prestado ningún autobús», comentaban José Ignacio y Lorena.

Por las tardes, los 22 jóvenes hacen talleres, pero estas actividades se pueden cambiar por alternativas que los jóvenes proponen libremente. Está planeado que este sábado vayan a Formentera y durante su estancia en la isla, también quieren hacer una excursión a es Vedrà y un bautismo de mar.

Los chicos aseguran que además de trabajar, se lo pasan muy bien y no dudan de que se trata de una experiencia que hay que repetir. Este es el caso de José Ignacio, un joven de 30 años que ha participado en seis campos: «Todavía mantengo el contacto con gente que conocí el primer año cuando tenía 21. Aquí se hacen buenas amistades. He ido hasta a la boda de personas que he conocido en los campos», asegura.