La figura, que se alza sobre la pista principal de la discoteca Privilege, está realizada a tamaño real y posee movimiento. Fotos: V.F.


Afincado en Eivissa, Franck Tassi es un escultor siempre dispuesto a embarcarse en nuevas iniciativas creativas. Gracias a un trabajo realizado recientemente posiblemente podrá presumir de poseer una de las obras artísticas más contempladas de este verano, al menos en Eivissa. Sobre la pista central de la discoteca Privilege se alza esta temporada una figura a tamaño real que, aunque nunca al mismo ritmo frenético que el de los miles de bailarines que llenan el local, posee movimiento y llama la atención a todo el que pasa por el local. Tassi bromea diciendo que la creación de esta obra, que mide 1 metro y 85 centímetros de alto, fue tan complicada como una gestación. Durante nueve meses trabajó en la composición de una figura con apariencia de robot que, subida a una bicicleta, pedalea y hace mover sus largas alas sin cesar. «Todo empezó porque el propietario de la discoteca me visitó y vio una obra que es una réplica de esta pero en tamaño reducido; le gustó y me pidió que le hiciese una para decorar Privilege», explica el escultor. El pasado mes de octubre inició un trabajo que no finalizó hasta nueve meses después después de un complejo proceso. «Nunca había realizado una escultura a tamaño real y aunque parece sencillo el mecanismo es muy complejo, necesita una puesta a punto importante», comentaba. Después de corregir varios fallos el artista tuvo que completar la última etapa del proceso. «Había que adaptar la obra a su particular entorno y lo conseguí con los juegos de luces, realzando la figura con una iluminación adicional de colores». S.Yturriaga