La diseñadora apura estos días sus vacaciones.

A pesar de que el apellido Martínez Bordiú ha marcado indudablemente su vida, esta diseñadora de 37 años se muestra orgullosa de que hoy la gente la conozca por su trabajo al frente de la marca que ha bautizado como Kucca Gotor tomando el linaje que le pertenece como hija de los barones de Gotor.

Viste sus propios diseños (el conjunto blanco con el que se presenta es de su colección) y en persona es directa y expresiva. Durante sus frecuentes estancias en la isla se hospeda en la preciosa casa del abogado Jaime Colomar, en Marina Botafoch, y coincide con su hermano, Pocholo Martínez Bordiú, por quien últimamente no cesan de preguntarle aunque ella prefiera hablar de su trabajo.

-Visita desde hace muchos años la isla, ¿qué es lo que más le atrae de ella?

-Llevo once años viniendo a Eivissa, pero que hacía uno y medio que por obligaciones laborales no había podido venir. Aquí no me siento nada extraña, es como mi casa, y además mi hermano también está muy ligado a este lugar. Me gusta como es la isla y su gente, pero la prefiero en invierno.

-¿Cree que Eivissa se convierte en una gran pasarela de moda?

-Ha puesto de moda el color blanco y los diseñadores de aquí no se dan cuenta de hasta que punto eso es importante. La gente que viene a Eivissa automáticamente mete en su maleta ropa blanca y tiene prendas para la isla y otras para su vida normal. Es muy habitual oír a la gente decir «esto sólo me lo puedo poner en Eivissa»; eso es moda, es crear una línea. La moda Adlib ha hecho mucho, lo que me da pena es que no se le ayude más, creo que hoy en día está un poco abandonada.

-El resto del año vive en Madrid, ¿cómo es allí su vida?

-Trabajo en el Ayuntamiento de Madrid, en el departamento de Cultura. Concretamente colaboro con los jóvenes diseñadores en los concursos becados que organiza el consistorio; me ocupo de la sección de moda y además de escoger a los diseñadores que recibirán la beca, traemos a figuras como Roberto Verino o Jesús del Pozo y montamos una pasarela. Intentamos animarles para que no se rajen, para que sigan en el mundo de la moda. -Pero además se ocupa de sus boutiques...

-Sí, tengo una boutique de alta costura que hace la ropa más 'chic' y aparte una fábrica que crea las colecciones de prêt-à-porter, la ropa que llevamos todas. Pero cuando diseño trajes de novia es cuando tengo que estar ahí, en las pruebas, porque cada una es especial y eso te aporta más satisfacción.

-¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la moda?
-Iba para broker, pero cumplo los años en septiembre no me aceptaron en la Universidad y como siempre me ha encantado dibujar me surgió la oportunidad de irme a París. Allí hice la carrera de alta costura, luego la de prêt-à-porter y trabajé en una fábrica. Después me fui a Italia con Versace y a Nueva York con Oscar de la Renta. Y ahora ya llevo 14 años como Kucca Gotor, tengo 38 años y llevo en la moda desde los 17.

-Después de casi dos décadas, ¿está satisfecha con su carrera?

-Muchísimo, creo que estoy en un lugar privilegiado. Dentro de ser el personaje que soy, hago moda y todos lo saben. He dejado al margen una faceta de mi vida que me ha costado+

mucho superar; por otra parte, en lo profesional sé que hay más porque en moda nunca terminas. Pero estoy muy feliz, este año me han dado el premio a la Mejor Colección 2003 y eso te da una satisfacción impresionante.

Sara Yturriaga
Es consciente de que la moda española traspasa fronteras y cree que la mujer española es la única que siempre lleva «los zapatos y el bolso a juego». «En cualquier plaza de cualquier pueblo las verás siempre perfectas, y eso es una maravilla; igual que en la casa, porque eso también es moda y en España somos muy cuidadosos», asegura.

Prefiere no presumir de las mujeres a las que viste porque piensa que es secreto profesional y que «la mejor publicidad es que lo digan ellas». Disfruta más vistiendo a una mujer sin medidas perfectas y la mejor crítica que le pueden hacer es que alguien reconozca un traje suyo.

En lo que se refiere a ella misma, Kucca Gotor viste a menudo sus propios diseños, especialmente en las grandes ocasiones, pero para el día a día también compra prendas de compañeros que admira, como Pedro del Hierro, Purificación García o los tops de Amaya Arzuaga.