«Si no se realiza una reflexión en este sentido para conseguir que muchos más jóvenes lleguen a la universidad y no se queden a medio camino de sus estudios de Secundaria -Balears está a la cabeza en abandono prematuro de los estudios- vamos a perder el tren de la competitividad y no podremos mantenernos en el liderazgo a nivel turístico», avisó. Por no hablar de las implicaciones económicas, pues, según anotó, «la inversión en universidad genera una cantidad de PIB altísima; si en las islas tenemos del orden de 13.000 estudiantes, a millón y medio por cada uno suponen 19.000 millones de pesetas que, por el efecto multiplicador de la economía, generan del orden de dos o tres veces más este capital».

El vicerrector reconoció que «la UIB ha crecido en número de profesores desde 1996, se han levantado nuevos edificios, se imparten muchas más carreras y, sobre todo, ha aumentado la flexibilidad de estos estudios». Todo esto -explicó- supone una complejidad administrativa creciente agravada por el hecho de que el cuerpo de PAS ha sido el único que no ha crecido y tenemos ahora casi los mismos que a mediados de los 90.

Este problema, advirtió, «no afecta sólo a la UIB, sino a Balears en su conjunto», la comunidad con menor gasto público y privado en universidades como porcentaje del PIB regional.

Ante esta realidad, el vicerrector reconoció que «además de concienciar a la sociedad, lo primero que debemos hacer es tocar las variables que están bajo nuestro control de cara a captar alumnos».

Y quizá, el punto en donde haga falta la principal actuación para lograr este crecimiento universitario, concretó, sea en personal de administración y servicios (PAS). «Es fundamental adaptar y flexibilizar al máximo los estudios a las necesidades cambiantes de los alumnos y para eso es imprescindible contar con una estructura sólida en todos los segmentos, y en la UIB éste es flanco más débil».

Si a todo a eso le añadimos «las necesidades colaterales de la Universitat, como las informáticas, los centros de cálculo o las tecnologías de la información, que requieren personal de mantenimiento; que tenemos casi tres campus (uno por isla), y que las universidades empiezan a competir de forma muy dura para captar alumnos al haber decaído la demanda, nos encontramos con la urgencia de aumentar el número de PAS para ser competitivos». Según las cifras actuales, la UIB tiene 1,98 docentes por cada PAS, lo que supone un 30% menos de este personal con respecto a la Pompeu Fabra.