El depósito regulador que abastece de agua al núcleo urbano de Sant Francesc Xavier es motivo de polémica desde hace tiempo a raíz de una serie de deficiencias en su construcción detectadas años atrás por la COP tras llegar a la alcaldía.

La construcción del depósito es muy anterior pero todo parece indicar, pese a las declaraciones del actual concejal de infraestructuras, Toni Campillo del GUIF de que «está en perfecto estado de uso», que existen serias dudas sobre la construcción y, sobre todo, sobre la base en la que se construyó el depósito.

El depósito, con una capacidad cercana a los 2.000 metros cúbicos de agua, fue construido por una empresa levantina y todo parece indicar, que se podría haber incurrido a la hora de su construcción en dos graves errores de cálculo. El primero haría referencia al suelo sobre el que se levanta, un terreno desigual que alterna roca y tierra, circunstancia por la que al asentarse con el tiempo la estructura, por su propio peso, hubiera provocado un desplazamiento de parte de la misma en función del suelo ya que la diferencia de rigidez o solidez del terreno habría provocado torsiones en la construcción.

En este sentido, hace un par de años se realizaron estudios por parte de técnicos del Consell Insular que señalaron una serie de deficiencias, deficiencias que posteriormente y no hace más de un año fueron corroboradas por informes independientes realizados desde el servicio técnico municipal en el que se señalaban los problemas de la base sobre la que se asienta el depósito y al mismo tiempo apuntaban que el excesivo peso de la cubierta sería uno de los principales elementos que propiciaban el desplazamiento de la misma, que se ha fragmentado en sus extremos o alas.

El informe técnico apuntaba posibles soluciones pero, según ha podido saber este rotativo, hubo serias dificultades para acceder a los materiales y cálculos realizados para la construcción del depósito por lo que las hipotéticas soluciones quedaron en eso, en hipótesis de trabajo. Como medida de precaución, el anterior equipo de gobierno decidió en primer lugar apuntalar el tejado del depósito y paralelamente mantener los dos depósitos internos a tan solo la mitad de su capacidad a fin de evitar que la presión lateral pudiera agravar los daños estructurales.

Según el actual responsable de infraestructuras, Toni Campillo, «el apuntalamiento fue más aparatoso que otra cosa ya que no hacía falta tanta historia». Los dos depósitos internos están al máximo de su capacidad para garantizar el abastecimiento del núcleo urbano de Sant Francesc y asegurar que «no hay ningún problema con el depósito».Vecinos de la zona señalan que con el tiempo, y más en la época de calor que facilita la dilatación de juntas y estructuras, los laterales de la cubierta se están separando cada vez más y temen un posible problema en el depósito.