La juez tan sólo ha enviado a prisión a cinco de los diez italianos
detenidos el pasado lunes en Santa Eulària por un presunto delito
de narcotráfico. La policía encontró en el huerto de la casa de
campo que habitaban algunos de estos detenidos, a quienes se
vincula con la camorra napolitana, dos maletas metálicas con
235.000 pastillas de éxtasis, 2.600 gramos en polvo de esta misma
sustancia y medio kilo de cocaína.
La policía detuvo a once personas, diez italianos y uno de
Lleida, pero al día siguiente puso a tres en libertad, el ilerdense
entre ellos. Sólo uno de los once detenidos es mujer. Además, ayer
la juez ordenó la libertad provisional de tres los ocho restantes.
Por tanto, sólo cinco ingresaron en prisión. De estos, cuatro
reconocieron ante la magistrada su participación en la comisión de
un delito de tráfico de estupefacientes. La justicia presume en
estos cuatro acusados una presunta pertenencia a banda organizada.
El quinto italiano que fue enviado a prisión negó su participación,
pero, al parecer, hubo algunas declaraciones contradictorias y la
juez estimó que su puesta en libertad podría obstaculizar las
investigaciones.
En cuanto a los tres que lograron la libertad provisional, la
magistrada consideró que no había quedado probado su conocimiento
sobre la existencia de la droga incautada, ni tampoco su
participación en posibles negocios a «menor escala».
Agustín Rivera, abogado de la defensa, expresó sus dudas acerca
de la participación y conocimiento de los detenidos de todo este
asunto. «La experiencia nos dice que una organización dispone de
una infraestructura de áreas para proteger la tenencia [de la
droga], además de vehículos de gran cilindrada, los materiales
necesarios para el corte [de la droga], y cuentas corrientes a
nombre de sociedades», dijo el letrado.
En el caso de los detenidos el lunes, según la defensa, no hay
nada de todo esto. Al parecer, apenas tienen dinero ni posesiones,
tan sólo un turismo de segunda mano. De hecho, algunos de los
detenidos trabajan como relaciones públicas en establecimientos de
la isla. Además, según el abogado, son gente demasiado joven -la
media de edad de los once detenidos es de 26 años- e inexperta como
para organizar y dirigir una gran operación internacional de
tráfico de drogas. De las palabras del abogado se desprende que no
fueron los detenidos quienes trajeron la droga a la isla y que su
misión podría haber sido la de custodiar emateria.
Ayer, cuando la juez dijo a los detenidos quién quedaba libre y
quién ingresaba en prisión, las lágrimas inundaban los rostros de
casi todos, por un motivo u otro.
Por otro lado, una allegada a la única chica detenida explicó
ayer que el reloj marca Rolex que la policía encontró en la casa
del alijo no es robado, tal como sospechan los investigadores, sino
un regalo, una circunstancia demostrable porque, aseguró esta
mujer, disponen del ticket de compra.
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