Los autobuses de línea regular de Formentera tienen serios
problemas para cumplir con los horarios, circunstancia que es
motivo de un elevado número de quejas o críticas por los usuarios.
Sin embargo, el fondo del asunto no tiene nada que ver con las
frecuencias de paso establecidas sino pura y simplemente con las
dificultades que los conductores se encuentran en su recorrido.
Los puntos negros se encuentran en Sant Francesc, Sant Ferran,
Es Pujols y Maryland y cada uno de ellos presenta unas
peculiaridades distintas que aunque tienen un denominador común, el
exceso de vehículos existentes en la isla en verano y su
estacionamiento en lugares prohibidos o simplemente incorrectos,
generan retrasos a veces poco comprensibles entre los usuarios.
En la Savina los autobuses no tienen problemas por cuanto hay
una zona especialmente habilitada para ellos lo cual les permite,
excepto cuando algún que otro desaprensivo aparca en la parada,
partir con toda normalidad. El primer problema lo encuentran en
Sant Francesc; la parada está situada frente a la farmacia de este
núcleo urbano por lo que en muchos casos hay vehículos estacionados
en la zona reservada a los autobuses que les impiden detenerse en
su sitio y deben esperar a que los infractores salgan de hacer sus
compras para detenerse, dejar y recoger pasajeros, pero a
continuación deben enfilar la calle Marc Ferrer, muy estrecha que
les lleva hasta la carretera de es Cap para enlazar con la rotonda
de salida del pueblo. La espera puede ser eterna por coches mal
estacionados, por indecisos y por el gran tráfico existente en
verano en esas vías.
Una vez salido de Sant Francesc el autobús deberá, en Sant
Ferran girar en un desvío conflictivo para ir hacia Es Pujols; aquí
la paciencia es inevitable y aguantar los pitos y los desafueros de
los motorinos que se cruzan por donde no deben, complican el
recorrido que, al llegar a Es Pujols se agrava pues los autobuses
entran por la Avda.Miramar cuajada de motos de alquiler en su lado
derecho y por motos, también de alquiler, que no se sabe muy bien
por qué siempre están por ahí , amén de los turistas que se paran
para deliberar entre ellos. El regreso, que obliga de nuevo a pasar
por el cruce de Sant Ferran va ganando en minutos de retraso que,
si el bus va a la Mola, se verá agravado por la peculiar situación
del acceso al complejo vacacional Maryland y el Hotel Riu la Mola.
Ahí el caos es total.
Se trata de un camino privado cedido por sus propietarios para
uso público que los alquileres de motos que trabajan en la zona
tienen copado; a ello se añade que los trabajadores de los
establecimientos aparcan en el mismo sitio con lo que una larga
recta de más de 300 metros se convierte en una estrecha vía de una
sola dirección por lo que algún autobús ha llegado a tardar más de
10 minutos en poder adentrarse en ella; si además coincide con la
llegada o salida de un grupo de turistas del Maryland, con un
autocar cegando el paso, no hay nada a hacer. Las denuncias hechas
al respecto no sirven de nada y desde Maryland y sus alquileres de
vehículos siguen haciendo oídos sordos a las quejas mientras que el
Consistorio no interviene en absoluto.
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