El inmenso barco provoca la curiosidad de los ibicencos.

El dique de Botafoc amaneció ayer con la imponente presencia del crucero Costa Mediterránea, un trasatlántico de dimensiones exhuberantes: 292 metros de eslora, 32 metros de manga, una altura de 60 metros incluyendo la chimenea, un tonelaje de 85.700 toneladas, 999 camarotes, 58 suites, 2.600 pasajeros y 920 tripulantes.

«Es el barco más grande de Europa», informó nada más presentarse ante las autoridades y los medios de comunicación el capitán de tan magna obra de ingeniería naval recién estrenada, Massimo Garbarino. El responsable de esta enorme ciudad flotante recordó en su intervención que la última vez que había recalado en Eivissa había sido en 1996: «Entonces faltaba alguna cosa», bromeó la hacer una clara mención al recién estrenado Dique de Botafoc, la obra que ha permitido que un crucero de estas dimensiones pueda hacer escala en la isla.

Una clara referencia al nuevo punto de atraque la realizó el presidente de la Autoritat Portuària de Balears, Francesc Triay, que se desplazó desde Palma para entregar personalmente una placa conmemorativa de la primera visita del Costa Mediterránea a Eivissa.

«Para mí la presencia de este buque significa una doble satisfacción: por una parte porque está en Eivissa y por otra porque con su presencia queda inaugurado realmente este dique y este muelle», sentenció en el acto en el que también estuvo en el intercambio de presentes José Sena, agente de Baleares Consignatarias, empresa de la que es filial en Eivissa Umafisa. Una vez practicadas las formalidades correspondientes del capitán del barco, acompañado por una recepcionista, invitó a todas las autoridades y convidados a conocer las instalaciones de este gran crucero cuya tripulación y bandera es italiana al igual que la mayoría de su pasaje.Eva Estévez