Antonio Peinado revisa una de las colmenas que ha instalado en la finca Can Coix. Fotos: VICENÇ FENOLLOSA

La tesis doctoral de Pilar de la Rúa, catedrática de Biología Animal de la Universidad de Murcia, ha girado alrededor de las distintas razas de abejas españolas y su trabajo postdoctoral, sobre la caracterización molecular de las distintas poblaciones de abejas españolas que se ha publicado en parte en la revista de difusión internacional «Apidologie», dedica un capítulo a las especies de Balears mostrando los resultados de la investigación que realizó en el archipiélago en 1999 en el que, entre otras asociaciones, colaboró la Associació d'Apicultors d'Eivissa i Formentera.
Dicho estudio cita las características de la abeja negra de Balears y las peculiaridades que dicha raza autóctona tiene en Mallorca y Menorca por una parte, y Eivissa y Formentera por otra, y la actual introducción de reinas de diferentes procedencias desestabilizando la colonia de abejas pitiusas.

Sensabilizado con el tema, el apicultor de Sant Antoni Antonio Peinado inició por iniciativa propia el pasado mes de octubre un proyecto de reserva de abejas pitiusas a partir de una ayuda para asentamientos apícolas en la zona de es Amunts que le concedió la Conselleria Insular d'Agricultura.

«Las abejas son mi neura», bromea este apicultor conocido por presidir la Associació d'Apicultors d'Eivissa i Formentera, «y creo que es importante que se mantenga y conserve la raza de Eivissa y Formentera», añade mientras explica que ha montado 30 colmenas, 12 de las cuales las utiliza como nidos para la reproducción.
Peinado, siguiendo las conclusiones del estudio de Pilar de la Rúa, explica que las abejas de las Pitiüses guardan muchas más similitudes con las de la zona de Levante, cuyos antepasados fueron originales de la Península Ibérica y el Norte de Àfrica, que con las de Mallorca y Menorca. «Son abejas más peleonas y de mayor carácter que se han adecuado a nuestro clima, cosa que no han podido hacer las abejas que se han traído de fuera, principalmente Alemania», dice.
«Se han hecho tantas hibridaciones entre las abejas autóctonas y las que se han importado que en la actualidad hay grandes colonias de abejas que no son ni pitiusas ni alemanas», comenta.

Este apicultor comenta que uno de los principales problemas con los que se han encontrado muchos apicultores de la isla es que muchas abejas 'intrusas' adultas abandonan las colmenas llenas de crías en cuanto aparecen polillas porque no pueden atacarlas. «Sin embargo, la abeja negra pitiusa, dotada con un pico mucho más largo, puede combatir estos contratiempos», destaca Antonio Peinado mientras muestra la reserva de enjambres que ha montado en un terreno que le ha cedido un amigo en la finca Can Coix de Sant Mateu.
Antonio Peinado es consciente de que su labor es insuficiente. «Debería de existir alguna normativa para regular la importación de abejas», dice convencido de que sin la especie autóctona el paisaje de las Pitiüses puede llegar a cambiar.E.Estévez