Por tipo de casos, el mayor número de demandas se ha centrado en
los recursos complementarios para cubrir las necesidades de
subsistencia con 323 casos. En un primer momento piden ayudas
asistenciales, alimentación, aunque suele ir acompañado de
información y orientación para acceder a una actividad laboral que
pueda mejorar su situación económica. Una vez que normalizan esa
situación finalizan ese tipo de petición.
Otras 189 demandas corresponden a información, orientación,
valoración y movilización de recursos; 75 son actuaciones de
inserción social y cinco, de alojamiento alternativo.
Al contrario de lo que se piensa, la vivienda no figura dentro
de sus problemas principales ya que «tienen una red de apoyo
mutuo», señala un técnico de Servicios Sociales. De esta manera,
varias familias de inmigrantes, sobre todo aquellos de procedencia
sudamericana, comparten la vivienda para poder sufragar el alquiler
que es mucho más costoso que en la península. Sin embargo, existe
una petición de acceso a vivienda de forma implícita, ya que
demandan acceder al mercado laboral para así tener autonomía
económica y acceder a una vivienda no compartida, sobre todo si se
trata de una familia.
Un porcentaje muy alto de inmigrantes atendidos es de origen
ecuatoriano: el 26,4 por ciento de los extranjeros empadronados en
Eivissa durante el año pasado es de origen ecuatoriano frente al
14,2 por ciento que representa a los marroquíes. El cambio es
sustancial en comparación con el año pasado donde los marroquíes
suponen un 16,62% y los ecuatorianos, 19,7%.
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