Hace apenas dos días que se puso en marcha el cambio de sentido en
la Marina y, aunque como manifestó el concejal de Gobernación del
Ayuntamiento de Eivissa, Pedro Campillo, es pronto para hacer
valoraciones sobre la efectividad de esta medida destinada a
regular el tráfico en el barrio, algunos comerciantes ya han puesto
en duda su eficacia.
Los responsables de varios negocios ubicados en la calle Rimbau,
por donde a partir de ahora se entra a la Marina, y de la calle
Aníbal, donde está situada la salida, coincidieron ayer en señalar
que es posible que en las horas punta, cuando haya más circulación,
no sólo no mejore la fluidez del tráfico sino que es probable que
haya más atascos que con el antiguo sentido.
«Antes, cuando los vehículos salían a Vara de Rey el espacio era
más amplio, ahora al salir desde la calle Aníbal hasta Comte
Rosselló la zona es más estrecha con lo cual es posible que se
produzcan más obstrucciones», explicó David Tur, dependiente de una
de las farmacias del barrio. Este farmacéutico aseguró que «lo
único que se gana es que los conductores tendrán una mejor
perspectiva del Rastrillo».Jaydy Medina, una dependienta de la
calle Rimbau, afirmó que no veía necesario el cambio de sentido
aunque reconoció que, después de ponerlo en marcha, había
disminuido el ruido producido por el tráfico en la zona. Similar
opinión manifestó otra comerciante de esta calle, Victoria Tur, que
señaló que «es posible que se produzcan más atascos que antes. Todo
esto son calles muy estrechas y los vehículos tienen que dar mucho
rodeo». «Cuando haya más tráfico se montarán unas buenas colas, no
creo que la circulación sea más fluida», afirmó María, una
dependienta de la conocida como calle de las farmacias. Sólo uno de
los comerciantes consultados, Guillermo González, consideró
positivo el cambio de sentido para mejorar el tráfico dentro del
barrio.
Por otra parte, todos coincidieron en señalar que, aunque muchos
de los conductores y peatones se mostraban confusos y sorprendidos,
apenas se habían producido incidentes a raíz de la puesta en marcha
del cambio de dirección, sólo algunos pequeños despistes, sin
consecuencias, como el de un motorista que no se percató de la
señalización y entró por la calle Aníbal, aunque enseguida fue
alertado de que circulaba por dirección prohibida.
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